M. J. F. G., la mujer de 42 años que abandonó a tres de sus hijos en un piso situado en la calle Benjamín Ortiz del barrio de Pumarín, fue detenida ayer por agentes de la Policía Nacional en el parque del Campillín tras una intensa búsqueda. Los agentes localizaron a la mujer tras rastrear la señal de su teléfono móvil. La detenida llegó a burlar hasta en tres ocasiones el cerco policial, para finalmente ser descubierta y trasladada a la Comisaría, donde al cierre de esta edición aún no había prestado declaración al negarse a colaborar con los agentes.

La detención se produjo sobre las 13 horas de ayer en el Campillín, lugar conocido por ser uno de los núcleos de prostitución callejera en la ciudad y mundo al que se vincula a la mujer. Los agentes encargados de la búsqueda descubrieron por la mañana el lugar donde había pasado la Nochebuena. El operativo se centró en el casco antiguo, donde la llegaron a ver hasta en tres ocasiones. En todas ellas pudo burlar a los agentes refugiándose, según sospechan los investigadores, en portales de la zona. De quien no pudo huir fue de una patrulla de paisano que la encontró escondida en el Campillín.

Según fuentes conocedoras del caso, la mujer iba provista de una bufanda con la que se tapaba el rostro para evitar ser reconocida. Además, había cambiado de teléfono móvil y desde que dejó el piso en el que residía con sus pequeños -es madre de otros dos niños, que residen con sus abuelas, uno de ellos en La Corredoria- la Policía cree que ha estado durmiendo en lugares diferentes todas las noches. Una de las hipótesis que se baraja es que lo haya estado haciendo en los denominados "pisos calientes", donde se alquilan habitaciones por horas para ejercer la prostitución o vender drogas. Pero este extremo no ha podido ser contrastado ya que M. J. F. G. se ha negado a declarar y a explicar dónde ha pasado todo el tiempo que duró la búsqueda. Dado los ambientes por los que se mueve, siempre según fuentes policiales, los investigadores llegaron en un primer momento a temer que hubiera sido víctima de un secuestro. Incluso se barajó un destino más trágico, llegando a temer por su vida. La búsqueda se extendió a toda España. Pero con el paso de los días se comprobó que la mujer seguía con vida y que se había ausentado de su domicilio de manera voluntaria. Los agentes que se han hecho cargo del caso creen que M. J. F. G. nunca llegó a abandonar la ciudad desde que inició su huida y abandonó a sus pequeños.

La Policía rescató el pasado viernes de madrugada de la vivienda a los tres hermanos en un estado penoso. La mayor, de casi tres años, el mediano, de año y medio, y la más pequeña, una recién nacida de sólo veinte días. La bebé permanecía desnuda y tiritando de frío encima de la cama, al borde de la muerte. Su hermano se estaba dando cabezazos contra la pared; y la mayor de todos, sentada en silencio, con la mirada totalmente perdida. Los tres menores se encuentran ahora bajo la tutela de los servicios sociales del Principado. Está previsto que la mujer pase a disposición judicial en las próximas horas.