"Aquí celebramos dos bodas los cinco días de la semana". El jefe de estudios del colegio Corredoria I, Ángel Fernández, prefiere tomarse con ironía el problema de espacio del comedor de su centro educativo, al que asisten 364 comensales de lunes a viernes, algo más de la mitad del alumnado total, que asciende a 700 niños. Bromas aparte, la dirección de la escuela urge a la Consejería de Educación a ampliar el comedor y la cocina "porque no cabe un niño más".

El colegio se ha visto obligado a establecer dos turnos de comidas para que todos tengan sitio en un salón con capacidad para poco más de 170 estudiantes. Dos mesas auxiliares instaladas junto a la puerta sirven de acomodo para los que no tienen silla en el centro de la sala. A las dos en punto comen los niños de cinco años con los de primero, segundo y quinto curso de Primaria. Paralelamente lo hacen los más pequeños -de tres y cuatro años- en un aulario cercano al vestíbulo. Tienen 45 minutos como máximo para terminar los platos y que así al personal le dé tiempo a recoger y poner de nuevo la mesa. Los chavales de quinto ayudan en la tarea y poco a poco entran los estudiantes de tercero, cuarto y sexto curso, que han esperado pacientemente su turno jugando bajo la supervisión de los cuidadores.

El jefe de estudios aclara que el servicio de comedor del Corredoria I no sólo cumple una misión alimenticia, sino también educativa y de ocio porque "hay que ocupar correctamente el tiempo de los chavales antes y después de comer".

El colegio presentó un proyecto de obra a los técnicos del Principado -que visitaron el centro este curso- en el que proponían la que a su juicio es la ampliación más lógica; levantar una planta más sobre el comedor actual. Sin embargo, aún no han recibido noticias del Principado, sólo saben que "lo están estudiando".

Mientras la propuesta está encima de la mesa, el número de alumnos del Corredoria I crece de forma exponencial. También aumentan las becas que concede el Ayuntamiento. El municipio aprobó este curso 37 ayudas más para las familias de este centro que el año pasado, al pasar de 181 a 218. "A más becas, más comensales", señala el secretario del colegio, Manuel Pérez, que pese a todo, defiende la calidad de su menú.

El Corredoria I es uno de los tres colegios de Oviedo -junto al de Villafría y Las Campas- que tiene un servicio de cocina propio con dos cocineras, un ayudante y quince cuidadores. La financiación de la Consejería, las becas municipales y la aportación de las familias mantienen el servicio, que, aún así, se queda corto tanto por las pequeñas dimensiones de la cocina como por la plantilla de trabajadores.