Los cacos han vuelto a importunar a los vecinos de San Claudio, que llevaban unos meses tranquilos tras sufrir una oleada de robos. Alrededor de las cuatro de la madrugada del lunes, los ladrones entraron en la sidrería Rubiera, en pleno centro de la localidad. Para acceder al establecimiento lanzaron una rejilla del alcantarillado contra el cristal de la puerta principal. Una vez en el interior, se llevaron el dinero de la caja registradora, además de un jamón y dos salchichones que encontraron en el establecimiento. La unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil investiga el caso.

"Estábamos durmiendo cuando sonó la alarma. Sabíamos que era un robo, porque en San Claudio vivimos con el miedo en el cuerpo. Nuestra casa está aquí al lado, pero nos asustamos tanto que vinimos mi marido y yo en coche", explica Rosi Pérez, que regenta la sidrería desde hace tres años.

Es la primera vez que los ladrones se ensañan con su establecimiento y uno de los pocos locales de San Claudio que no han sufrido a los ladrones. Sólo a unos metros, la cafetería Isis ha sufrido ya la friolera de quince atracos. Y los ladrones llegaron a secuestrar y amordazar a la carnicera del pueblo el año pasado, también para robar.

"Nosotros íbamos librando, quizás porque estamos al lado de un banco y hay cámaras de seguridad. Porque estamos en el centro, pero esta vez no les importó", relata Rosi Pérez.

Los agentes de la Guardia Civil ya se han hecho con las imágenes de las cámaras de seguridad en busca de pruebas que puedan arrojar luz sobre la identidad de los ladrones. De momento, ya han interrogado a un par de testigos.

Los vecinos y los comerciantes piden a las fuerzas de seguridad que no se olviden de San Claudio y que, como sucedió este verano para evitar robos, mantengan los controles y la vigilancia.