José Vélez solía decir a sus amigos en los funerales que la muerte era algo que a ellos nunca les pasaría. Ayer, su hija Elena Vélez, periodista de LA NUEVA ESPAÑA, recordó esta anécdota para aseverar que su padre estaba en lo cierto. Elena señaló la placa con el nombre del fotoperiodista que ayer se descubrió en La Florida y dijo: "Tenía razón, él siempre estará en Oviedo". Las de su hija, que ejerció de portavoz de la familia, fueron las palabras más sentidas en el acto de ayer. Intervino también el Alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, quien se refirió a él como "uno de los fotoperiodistas más importantes de su generación en todo el país". José Vélez falleció en 2012, a los 80 años. Oviedo, la ciudad en la que echó raíces -sus padres eran de Cantabria y pasó su infancia en Pola de Allande- tenía "una deuda" con quien retrató su historia más reciente a través de un objetivo, labrándose una brillante carrera.

Iglesias Caunedo empezó rememorando el último homenaje a José Vélez en vida. Fue cuando sus compañeros de profesión en la Asociación de la Prensa de Oviedo le concedieron su título de honor. Murió dos meses después. "Vivió y murió pegado a la noticia, a su cámara y a la necesidad de contar", explicó Caunedo en presencia de la viuda de Vélez, Aurora Álvarez, y sus otras dos hijas, María y Eva. También acudieron a la inauguración de la calle del fotoperiodista numerosos compañeros de profesión, como Luis José de Ávila y Orlando Sanz, que desde hace unos meses son vecinos de calle de Vélez. La Fundación Princesa de Asturias estuvo representada por su presidenta, Teresa Sanjurjo. Y se dejaron ver la cronista de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve (vecina también de calle) y representantes de los grupos políticos municipales.

"El instinto, la inteligencia y la curiosidad le convirtieron en periodista gráfico, en un informador. De su celebridad, su forma de ser, ocurrente y jovial, saben sus compañeros en todas aquellas batallas, esos reporteros que fueron inseparables parejas periodísticas de Vélez, con los que recorrió Asturias y junto a los que cumplió con el deber diario de informar a los asturianos", explicó el alcalde de Oviedo. "La fuerza de sus trabajos transcendía el hecho fotográfico", subrayó Caunedo, quien destacó también que "su mirada era fiel al 'ir, ver y escuchar' que llevaba grabado a fuego como código deontológico de la profesión".

El regidor remató el discurso explicando que la ciudad de Oviedo le debía un homenaje "a quien mejor supo mirar sus calles y sus cosas, un fotógrafo que no perdió detalle y que contó, como pocos, lo que le sucedía, en cada momento, a sus ciudadanos. Un periodista infatigable al que sólo la muerte pudo jubilar".

Tras las palabras de Iglesias Caunedo sonaron los aplausos, justo antes de que Elena Vélez iniciase un entrañable relato sobre la figura de su padre, plagado de anécdotas familiares y referencias al compromiso de su padre con la profesión periodística y la verdad. "La independencia de un periodista está por encima del balance económico", repetía el fotoperiodista.

José Vélez Abascal comenzó su andadura periodística en el diario "Región". Después estuvo ligado durante décadas a LA NUEVA ESPAÑA y en su currículum figuran logros como el haber potenciado la "Hoja del Lunes". También fue corresponsal de "Europa Press" y editor de la publicación mensual "La Hora de Asturias".