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Santa Bárbara advierte de que los paros por los despidos afectan al nuevo contrato

La empresa llama a la "responsabilidad" para que las manifestaciones de una hora al mes no influyan en los plazos de entrega de los 589 blindados

Trabajadores de la Fábrica de Armas, durante una de sus concentraciones como muestra de apoyo a los despedidos. LUISMA MURIAS

El apoyo de los trabajadores de la Fábrica de Armas de Trubia a los 55 compañeros despedidos por la compañía podría poner en peligro el contrato firmado por Santa Bárbara para la construcción de 589 blindados por encargo del ejército inglés, un caramelo de 4.400 millones de euros para los próximos siete años. Al menos eso es lo que les ha trasmitido a los sindicatos el jefe de Recursos Humanos de la firma, Enrique Novella, que ha llamado a los trabajadores en activo "a la responsabilidad" para que su presencia en las manifestaciones contra los despidos -que se celebran una vez al mes y tienen una hora de duración- no afecten a los plazos de entrega fijados con los ingleses.

El mensaje de Novella les llegó a los sindicatos el pasado miércoles, durante una visita "inesperada" del jefe de Recursos Humanos a la factoría trubieca que los representantes de la plantilla aprovecharon para poner sobre la mesa "algunos aspectos pendientes" que preocupan a los trabajadores, entre ellos la situación de los 55 despedidos. "Nos dijo y nos recalcó que no se trataba de una amenaza, insistió en que era un llamamiento a la responsabilidad para no poner en riesgo un contrato tan importante", explica Esteban Elorza, el presidente del comité de empresa. La respuesta de los sindicatos es contundente: "Nosotros continuamos pensando lo mismo que antes de la reunión y seguimos apoyando a los 55 despedidos", afirma Elorza.

Aunque el presidente del comité de empresa insiste en que los representantes sindicales no se sintieron amenazados por la empresa, al colectivo de trabajadores despedidos le han escocido las palabras de Enrique Novella. "Lo que están intentando es separar a los trabajadores e impedir que los que están dentro nos apoyen presionando al comité. Nadie puede creerse que un paro de una hora al mes pueda afectar a la producción, lo que le afecta es que no hay suficiente plantilla como para afrontar el contrato y no saben cómo deshacerse de nosotros para empezar a subcontratar a gente", afirma uno de los despedidos, que prefiere mantenerse en el anonimato "por lo que pueda pasar". Según los cálculos de los afectados por los recortes, "Santa Bárbara ya está justa de plazos para hacer las entregas". No en vano, "tienen que empezar a presentar algunos en el año 2016 y todavía están con los prototipos", aseguran los representantes de los 55 afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en la factoría de Trubia.

Por otro lado, los despedidos siguen esperando la sentencia íntegra del Tribunal Supremo -la Sala ha anulado el fallo de la Audiencia Nacional en el que se justificaban los recortes- para saber si en el texto se manda repetir el juicio o sólo que se dicte una nueva resolución en la que se tomen en consideración las alegaciones y las pruebas aportadas en su día por los trabajadores y por algunos sindicatos, una documentación que ni siquiera fue tenida en cuenta por la Audiencia al considerar que dichos colectivos no estaban legitimados para presentarla.

El abogado que representa a los trabajadores asturianos a través de UGT, Diego Cueva, ve en la repetición de la vista el camino para aportar nueva documentación que sirva para echar por tierra los argumentos que le sirvieron a la empresa para llevar adelante el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), entre otras cosas el último contrato con los ingleses, que a juicio de los trabajadores "es una prueba más de que en la Fábrica de Trubia hay trabajo de sobra para unos cuantos años".

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