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Un pulso en un momento crucial

La tensión entre Principado y médicos llega en precampaña electoral y en pleno proceso selectivo para la jefatura

La cuerda se tensa. Ningún radiólogo del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), ni siquiera el jefe del servicio, está dispuesto a colaborar en el envío a especialistas de fuera de la región de resonancias magnéticas realizadas en el complejo sanitario ovetense y pendientes de ser evaluadas por un médico. La Consejería de Sanidad pretendía derivar, a partir de esta misma semana, pruebas diagnósticas del HUCA para que una empresa privada se hiciera cargo de su interpretación y del pertinente informe. En una decisión adoptada ayer, y difundida mediante un comunicado redactado en tercera persona, los radiólogos "niegan su implicación en ninguna de las fases de este proceso de privatización" y subrayan que "no pueden hacerse responsables de las posibles consecuencias que se deriven de esta decisión de la gerencia del Sespa". Consultada por este periódico, la Consejería rehusó pronunciarse al respecto.

La externalización o privatización -el término empleado depende de gustos- de la lectura de las pruebas a E-Diagnostic, compañía privada con sedes en Madrid y Barcelona, fue decidida la semana pasada por el Servicio de Salud del Principado (Sespa). Se trata de la respuesta ante la acumulación de unas 700 u 800 resonancias realizadas sin la presencia de un médico y aún no examinadas por ningún especialista. En su mayoría, son exploraciones efectuadas los sábados y domingos de las últimas semanas, cuya supervisión no fue realizada por ningún especialista debido a la falta de acuerdo entre la gerencia del HUCA y los radiólogos.

La negativa a la derivación de resonancias expresada ayer por el servicio de radiodiagnóstico fue secundada tanto por su jefe provisional y aspirante a la jefatura estable, Faustino García Arias, como el otro especialista que concurre a esta plaza, Antonio Saiz, actual jefe de sección. Esta circunstancia no es un asunto menor. La semana pasada, el gerente del Sespa, Tácito Suárez, manifestó que la privacidad de los pacientes del HUCA está garantizada gracias a que los especialistas de E-Diagnostic "accederán únicamente a los informes que se les deriven y que seleccionará el jefe del servicio". Pues bien, el jefe del servicio no está por la labor, al igual que el otro radiólogo que aspira a la dirección del área. De hecho, el comunicado de ayer comienza con una alusión directa a la cohesión interna del servicio: "Los facultativos del servicio de radiodiagnóstico del HUCA y su jefe de servicio manifiestan su total disconformidad con la privatización de los informes de los estudios de resonancia magnética que se ha contratado con una empresa privada catalana".

Según ha podido saber este periódico, la reunión de ayer de los radiólogos del Hospital Central se desarrolló a primera hora de la mañana y contó con la participación de la práctica totalidad de los integrantes del servicio. Además de consensuar el comunicado, los radiólogos allí presentes coincidieron en subrayar que ninguno de ellos sabe nada del proyecto de centro dedicado a la lectura e interpretación de pruebas diagnósticas anunciado el miércoles pasado por el gerente del Sespa. Tácito Suárez declaró entonces a los medios de comunicación que "tenemos un borrador hecho, con participación de profesionales y directivos". Los radiólogos del HUCA replicaron ayer que no han sido consultados. "Nadie ha hablado con nosotros. Ese centro puede ser una solución, pero a medio plazo", indicaron las fuentes consultadas por LA NUEVA ESPAÑA.

El comunicado emitido por los radiólogos concluye con una oferta de diálogo dirigida a la Administración: "A día de hoy, a pesar de lo manifestado por la Gerencia del Sespa no existe un proceso de negociación para tratar de solucionar este grave problema. Reiteramos nuevamente nuestra disposición a encontrar una solución a esta situación dentro del sistema público de salud".

Por otra parte, la Corriente Sindical de Izquierda (CSI) hizo público un comunicado en el que señala que "el servicio de radiología es un caramelo para quien quiera hacer negocio con la sanidad pública", y agrega que "puede dar pingües beneficios si se generaliza su privatización".

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