El futuro académico de un niño ovetense de diez años ha llegado a los despachos de la política: Izquierda Unida reclama a la Consejería de Educación del Principado que Osvaldo continúe sus estudios en el colegio público de Fozaneldi. Entre tanto, un dictamen de la propia Administración, basado en el informe elaborado por una orientadora del colegio, establece que el niño sea trasladado al centro de educación especial de Latores, destinado a alumnos con necesidades específicas. El Gobierno regional anticipó ayer a este periódico que no se pronunciará públicamente sobre este caso.

Diez años tiene Osvaldo. Su problema se llama síndrome de Asperger, un trastorno que dificulta las relaciones sociales. "Mi hijo sufre un problema de autismo muy leve y lleva siete años en el mismo colegio sin ningún problema", subraya Maite Herrero Vidal, madre de Osvaldo, quien se muestra dispuesta a llegar al fin del mundo con tal de que su hijo no se vea obligado a cambiar de centro educativo... al menos por el momento. "Le quedan dos años para terminar primaria. Nunca ha repetido curso; sus notas no son fabulosas, pero aprueba. Hay niños que no tienen ningún tipo de problema y, sin embargo, suspenden. Sólo pedimos que Osvaldo termine primaria, y después veremos cómo ha evolucionado y qué hacemos", agrega la madre del pequeño. A su juicio, "con un niño no pueden hacerse planes de futuro tan alejados en el tiempo; hay que ver los progresos día a día".

Los padres de Osvaldo están preparando un recurso de alzada contra el dictamen de la Consejería de Educación, fechado el pasado día 13. "Queremos arreglar las cosas de buena fe y pacíficamente", indica Maite Herrero, quien precisa que el colegio de Fozaneldi, al ser un centro de integración, dispone de los recursos humanos -logopeda, profesor de apoyo...- que su hijo necesita.

La madre del niño esgrime las firmas de 250 padres del colegio de Fozaneldi que refutan una de las razones aducidas para justificar el traslado de Osvaldo: que se trata de un chaval conflictivo. "Para nada es conflictivo. Está totalmente integrado con sus compañeros. Juega con ellos, va a cumpleaños...". Argumenta Maite Herrero que si las cosas fueran de otro modo "los primeros que habrían protestado serían los padres y los profesores". "Lleva en el colegio desde los tres años y jamás ha habido una queja", apostilla. La madre de Osvaldo lee el informe redactado por la orientadora "y no reconozco en él a mi hijo". "Es una orientadora nueva en el colegio que ha hecho un informe observándole sólo tres días; un niño es mucho más que eso", proclama.

Informes discordantes

Otro argumento de Maite Herrero se basa en "un informe de la primera evaluación de este curso, totalmente positivo, que fue realizado por el equipo docente del centro". En este documento se apoyará hoy el concejal de IU Roberto Sánchez Ramos para reclamar públicamente que la Consejería de Educación tome cartas de forma seria en la controversia sobre Osvaldo. "No se puede entender que haya un dictamen de diciembre, escrito y sellado por el colegio, que dice que el niño está en perfectas condiciones de integración y obtiene unas notas aceptables, y que ahora, en abril, se diga todo lo contrario", explicó ayer Sánchez Ramos, quien comparecerá en rueda de prensa junto a la madre del niño y tal vez con otros padres de Fozaneldi.

"Me he reunido con todos los que han querido escucharme, también con la presidenta regional del PP, Mercedes Fernández", indica Maite Herrero. Y matiza: "La consejera de Educación no ha querido recibirme".