"Tengo propuestas para mejorar el barrio de La Corredoria como para llenar dos carretillos". María José Núñez, vicepresidenta de la asociación de vecinos "El Conceyín", comenzó ayer con esta elocuente frase su intervención en el Conceyu Abiertu organizado por el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA para captar la atención de las personas -residentes y representantes de otras agrupaciones- que acudieron a las siete de la tarde al centro social El Cortijo para poner en común sus denuncias, sus reclamaciones o simplemente sus puntos de vista sobre el barrio más populoso de Oviedo. Dentro de esos carros imaginarios, tanto Núñez como el resto de participantes metieron una idea principal: que el municipio apruebe el regreso de la policía de proximidad para "frenar" los robos en la zona.

Así, la secretaria de Asparve (Asociación de Participación Vecinal), Dolores Fernández, abundó en la necesidad de "sentirse seguro y confiado a ciertas horas" y pidió la presencia de la policía "en el momento de entrada y salida de los colegios" para evitar atascos y aparcamientos indebidos, "sobre todo en el entorno del Corredoria I y del Poeta Ángel González",

El vicepresidente de la agrupación de comercio del barrio, Diego Fernández, exigió conocer las razones por las que el mercado de abastos, finalizado hace meses, aún no ha abierto sus puertas. El murmullo del público confirmó que los vecinos comparten esa preocupación y alguno que otro preguntó por lo bajo "quiénes serían los afortunados que han conseguido la cesión de uno de los puestos del nuevo mercado".

El alcalde de barrio y concejal del PP, Alfonso Pereira, salió al paso de las quejas y las reclamaciones vecinales asegurando que La Corredoria ha sufrido una "metamorfosis positiva en los últimos veinte años a nivel urbanístico y de servicios, que se ha enriquecido por un elevado nivel asociativo". Sin embargo, Pereira levantó ampollas al añadir a renglón seguido que "hay que procurar que las asociaciones vecinales no se politicen porque cuando la política entra en ellas es un verdadero cáncer". La representante de Asparve respondió de inmediato que "estamos en democracia" y que "no ofende quien quiere sino quien puede".

El paro y la exclusión social en la que están inmersos algunos vecinos centró el discurso de Esperanza Cunchillos, de la asociación L'Abeyera, que afirmó sin pelos en la lengua que "existe chabolismo y hambre en La Corredoria", en concreto en el límite con Lugones, junto al río Nora. "Hay chicos que están marcados por vivir en La Carisa porque se les mira por encima del hombro", comentó Cunchillos. El más joven de la sala, Rubén Vázquez, de 30 años y nacido en La Carisa, se defendió con una sencilla frase: "No es ningún estigma, al contrario, es un orgullo y creo que he llegado lejos". Vázquez ha montado la última asociación del barrio, "DiverAvanza", de carácter deportivo, de ocio y cultural.

Al final, todos estuvieron de acuerdo en solicitar la mejora de las dos líneas de autobús del barrio, en especial "para que los estudiantes no tarden una hora en ir a las facultades del Cristo".