La Consejería de Bienestar Social ha trasladado a la Fiscalía de Menores los sucesos registrados este pasado martes en el Centro Materno Infantil de Oviedo, cuando un grupo de menores provocaron incidentes, causando daños materiales y atacando a parte del personal de la instalación.

En una rueda de prensa sobre fondos mineros, el consejero Guillermo Martínez ha respondido ha preguntas sobres este asunto. Ha querido dejar claro que se trata de un "incidente puntual" y ha descartado que se haya producido "ningún parte de lesiones hasta el momento".

"La Consejería de Bienestar Social ha puesto los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Menores", ha trasladado el consejero. Preguntado por si se baraja aumentar la vigilancia del lugar, Martínez ha explicado que "el centro cuenta con un vigilante las 24 horas del día", y ha matizado que los menores internos son 30 de entre 0 y 3 años, y otros 11 de entre 12 a 18 años.

Un grupo de menores se amotina y agrede a varios vigilantes

Un grupo de menores alojados en la Unidad de Primera Acogida (UPA) de la avenida Pedro Masaveu, el Materno Infantil de Oviedo, protagonizaron durante la jornada del martes un grave motín que requirió de la intervención de unidades de la Policía Nacional para atajar el conflicto. Los adolescentes sublevados agredieron a los vigilantes de seguridad, profirieron insultos contra los educadores, arrancaron puertas de los marcos, lanzaron las manillas volando, tiraron los muebles al suelo y agujerearon varios armarios a patadas. Según ha podido saber este periódico por fuentes próximas al suceso, el grupo de jóvenes causantes de la revuelta lleva varios días muy agitado y tiene, además, un perfil "muy violento".

La revuelta tuvo lugar a primera hora de la tarde, durante el cambio de turno, y los responsables del centro se vieron incapaces de controlar a los menores, por la virulencia de sus acciones, por lo que decidieron solicitar la presencia policial. Hasta el lugar se desplazó alrededor de las cuatro de la tarde un furgón de prevención de la delincuencia, cuyos efectivos lograron apaciguar el motín. "Hay dos gallitos y el resto les sigue. Consumen cosas, no van a clase, llegan tarde, se niegan a cumplir órdenes...", explica un trabajador del centro. "Ayer -por el martes- se lió y llamaron a la Policía porque tenía muy mala pinta. No tenemos herramientas, si les tocas un pelo, te acaban echando a la calle. Estamos totalmente indefensos", lamentó esta persona. Además, según ha podido saber este periódico, los vigilantes de seguridad también se han quejado de falta de personal para reaccionar ante una situación como la del martes y, además, de que no pueden emplear la fuerza con los agitadores, al tratarse de menores de edad, a su juicio "sobreprotegidos".

Esta no es la primera vez que los trabajadores del Materno padecen una situación similar. En numerosas ocasiones han denunciado que insultos, agresiones y escupitajos, forman parte de su día a día. Además, trabajadores del turno de noche llegaron a causar baja en alguna ocasión por sufrir lesiones y amenazas de los chavales. En julio del año pasado dos adolescentes lograron fugarse del centro utilizando las patas de las sillas a modo de palos, para amenazar a los empleados y poder huir. Los responsables del Principado señalaron entonces que extremarían las medidas de seguridad y la vigilancia.

El centro, con 48 plazas, acoge adolescentes de entre 12 y 17 años asturianos o hijos de extranjeros residentes en la región. También tienen una unidad en la que una veintena de menores de tres años recibe atención especializada. Desde julio de 2014 ha dejado de acoger menores de origen magrebí, que ahora son trasladados a un centro de acogida en Santa Marina de Piedramuelle.