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Un avance de la sanidad regional que incide en el bienestar de los niños y sus padres

Vida en familia en la UCI pediátrica

Vida de padres en la unidad de ciudados intentivos pediátrica del HUCA | El hospital asturiano permite a los niños estar con su familia todo el día

Vida en familia en la UCI pediátrica

-Si no pudiera estar aquí con mi hijo, yo creo que me daría algo.

La gijonesa Virginia Rodríguez Castro, madre de Diego, ilustra a la perfección uno de los avances que ha supuesto el traslado del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) al recinto de La Cadellada: la unidad de cuidados intensivos (uci) de niños permite que los pequeños estén acompañados durante las 24 horas del día.

"Cuando se empezó a planificar este edificio, lo primero que pedimos fue boxes más grandes para que los pacientes pudieran estar arropados por su familia", explica Corsino Rey, responsable de la uci infantil del HUCA. En el recinto del Cristo, las dimensiones de los boxes no permitían esta posibilidad, "sencillamente porque la superficie era la mitad de la actual y no cabíamos todos: o estaba un acompañante o estaban los profesionales sanitarios".

La uci pediátrica del complejo sanitario ovetense echó a andar en octubre de 1995. En estos casi veinte años ha atendido a cerca de 8.600 niños. Registra anualmente unos 450 ingresos. Es el único equipamiento de esta naturaleza que funciona en Asturias. "Somos una unidad de referencia para toda la comunidad autónoma. El 60 por ciento de nuestros pacientes provienen de fuera del área sanitaria de Oviedo, por eso tenemos una comunicación muy fluida con toda la red de hospitales", precisa el doctor Rey.

Y por eso Diego, de once años, ha sido ingresado en el HUCA pese a residir en Gijón. Y por eso resulta aún más relevante que los familiares -particularmente los que han de realizar largos desplazamientos- no vean restringidas sus visitas al tradicional horario de una a dos del mediodía y de siete a nueve de la tarde. En esas tres horas, en los boxes se permite la presencia de dos acompañantes de forma simultánea.

"La mayor parte de las familias se quedan bastantes horas. Yo, cada semana, estoy dos o tres días las 24 horas y me quedo por las noches, en un sillón en el que consigo dormir algo. Trabajo, pero en un negocio propio que pueden atender otras personas. A veces voy a casa a ducharme y a dormir un poco", relata Virginia Rodríguez, que tiene otro hijo de 16 años. Aquejado de un neumotórax -nada serio, pero sí latoso-, Diego lleva hospitalizado desde el pasado 21 de abril y aún le quedan unos días más.

Factor médico y factor humano constituyen dos expresiones difícilmente disociables, máxime para un colectivo tan sensible como el infantil, en el que resulta determinante velar por el bienestar de los niños y de sus familias. "Los padres lo reclamaban. Por ejemplo, cada vez tenemos más ingresos de niños trasplantados de médula ósea. Cuando están en planta, pueden estar acompañados de forma permanente. Sin embargo, cuando venían aquí, sólo tres horas", señala el doctor Andrés Concha, uno de los pediatras de la unidad.

No es el único progreso conseguido. La nueva uci pediátrica está dotada de seis camas de cuidados intensivos, cuatro de cuidados intermedios y dos para técnicas que requieren sedación y analgesia. Con relación al edificio del Cristo, se ha ganado en los tres apartados, y no sólo en la cifra de espacios, sino en el equipamiento de los mismos. Como ejemplo, todos los boxes disponen de televisor. "El otro día un niño nos decía que falta Disney Channel; le respondimos que estamos en ello", indican entre risas los especialistas de la unidad. Cada sala tiene también instalado un ordenador que puede ser utilizado tanto por el personal sanitario, para introducir todos los datos de interés médico del enfermo, como por el propio niño cuando el computador está libre, que es casi siempre.

Algunos padres optan por llevar su propio ordenador y montan en el box su pequeño "despacho", compaginando así su condición de cuidadores con sus obligaciones laborales. Arturo Campal es un buen ejemplo: tiene montada su mesita de trabajo y se le ve muy integrado en la dinámica hospitalaria.

Dos de las camas disponen de un sistema de aislamiento pensado para pacientes onco-hematológicos e inmunodeprimidos. "Cada vez tenemos más niños trasplantados de médula ósea, porque hasta hace unos años este tipo de intervenciones no se hacían en Asturias", precisa Corsino Rey. Los avances también se plasman en un incremento del abanico de técnicas realizables. "Si solicitamos un análisis urgente, con una muestra de sangre podemos tener toda la información en un plazo de un minuto".

Entre un mes y 14 años tienen los pacientes de la uci pediátrica del HUCA, que dispone de una unidad de cuidados intensivos neonatales independiente, que se ocupa de recién nacidos y prematuros. "No obstante, de forma excepcional, y dependiendo de las necesidades del Hospital, podemos ingresar pacientes menores de un mes o mayores de 14 años", indica el responsable del equipamiento. A día de hoy, Asturias es autosuficiente en materia de atención sanitaria a los niños, con la única salvedad de la cirugía cardiovascular, que debe ser derivada a centros de referencia de otras comunidades.

Laura Díaz cursa su cuarto año de especialización en pediatría. "Los cuidados intensivos son una materia muy atractiva desde el punto de vista profesional, pero también muy gratificante, y a veces dura, en el plano personal", enfatiza. "Todos los residentes de pediatría rotan por nuestra unidad y durante sus últimos años de formación intervienen en los turnos de guardia", asevera Corsino Rey. Entre tanto, el personal de enfermería posee un perfil específico en cuidados pediátricos obtenido a partir de un curso universitario de 365 horas de duración.

Enfermedades respiratorias (asma, neumonía, bronquiolitis...), infecciosas (sepsis, especialmente en enfermos de cáncer), politraumatismos, complicaciones posquirúrgicas y trastornos neurológicos (convulsiones) son las patologías más frecuentemente atendidas en la uci pediátrica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). La estancia media de los enfermos ha pasado de 7,09 días, en el periodo comprendido entre 1995 y 2005, a 5,25 días en el momento actual.

Corsino Rey destaca que la paulatina mejora de las medidas de seguridad que los automóviles han incorporado para los pasajeros más pequeños ha reducido de forma drástica el volumen de pacientes con traumatismos. En cambio, aumenta de forma significativa el peso relativo de los pacientes con dificultades respiratorias. Se incrementa, asimismo, la cifra de enfermos que llegan a la unidad después de ser operados. "Probablemente esa tendencia sea síntoma de que se abordan intervenciones quirúrgicas más complejas", conjetura.

Arquitectura, tecnología, conocimiento y humanidad son las cuatro patas que sostienen la uci pediátrica del HUCA. "Lo que quiero es estar con mi hijo. Sé que aquí lo tratan fenomenal, estoy encantada con todo el personal, supercontenta con el trabajo que hacen y con el cariño con el que tratan a Diego. Pero prefiero estar con él, más que nada por tranquilidad mía, resume Virginia Rodríguez Castro, en un párrafo que, de algún modo, viene a constituir una síntesis de todo lo expuesto en estas dos páginas.

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