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"El libro no se acabará, yo seguiré editando"

"Decir que una editorial es independiente no significa nada, depende de los autores"

A Jorge Salvador le gusta leer. Lee los borradores que los escritores envían a las editoriales, los corrige e incluso les da nueva forma. Vive de la lectura, así que un día pensó en lo excitante que sería crear un universo propio de libros y ofrecérselo a otros lectores. Pez de Plata, la pequeña editorial que mantiene con Eva Díaz, surgió así. Fue en el año 2010, con dos libros "muy provocativos", una novela erótica de Marco Lúbrico y una colección de relatos de Diego Medrano. Ahí sigue, lanzando a las librerías entre cuatro y seis títulos cada año, doce libros hasta ahora. Son las lecturas de las que el propio Jorge Salvador disfruta y por las que está dispuesto a empeñar su tiempo y gastar su dinero. Y en formato convencional. "El libro no se va a acabar mientras yo siga editando", asegura, y recomienda, antes de preocuparse por el formato de la edición -papel o digital-, esforzarse "en aumentar los índices de lectura del país".

Lo de Jorge Salvador con la lectura viene de largo. Estudió Derecho en la Universidad de Oviedo. Le quedaban un par de asignaturas por aprobar cuando lo cambió por la Filología Hispánica y la Criminología. Luego se matriculó en un máster de edición del Instituto de Posgrado de Madrid y la Universidad de Salamanca. Fue entonces cuando conoció a su socia, que vive en Berlín, y donde empezó su aventura editorial.

"Lo que gano trabajando para otras editoriales me lo gasto en la mía", confiesa. "Somos una editorial pequeña con recursos limitados", añade, y cuenta que no escoge "los títulos por la viabilidad comercial". Sus libros tienen que provocar "sensaciones materiales" en el lector: hacerle reír, temblar, llorar, asquearle. Y han de rebosar imaginación.

Cada año llegan al buzón de su editorial unas 150 propuestas; como máximo publica seis. Jorge Salvador trabaja en casa y, aunque se esfuerza en autoimponerse horarios, lo hace a tiempo completo. "Donde yo voy, va la editorial", admite. Cuando se le dice que la suya es "una editorial independiente" cuestiona esa definición. "Eso no significa nada, una editorial siempre es dependiente, para empezar depende de sus autores", argumenta.

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