Oviedo es la única ciudad española en la que ha bajado notablemente la obesidad infantil durante siete años seguidos. Así se desprende de un estudio de pediatría epidemiológica realizado por médicos y enfermeros sobre un total de 2.178 niños de entre cinco y once años, alumnos de cinco centros educativos del municipio; los colegios Gesta I, Gesta II y Baudilio Arce; y los Institutos Alfonso II y Aramo. Los datos reflejan que el número de chavales con sobrepeso en 2012 disminuyó un 8,2 por ciento con respecto a 2005, y en más del 12 por ciento la cantidad de estudiantes obesos (con un Índice de Masa Corporal, IMC, muy superior a la media), en el mismo período.
Aunque, según los autores del estudio, el resultado no es definitivo ni se debe generalizar porque la "población de la muestra proviene de localizaciones específicas y de clase media", el resto de análisis similares hechos en España arrojan una conclusión opuesta. Que la obesidad infantil ha tocado techo. "Sólo hay datos similares a los de Oviedo en algunas ciudades de Estados Unidos, como Nueva York o Filadelfia". Así lo asegura el médico de familia y coautor del estudio, Rubén Llada, que trabajó codo con codo junto a los profesionales Lucía del Fresno, Juan José Díaz, Serafín Málaga, Corsino Rey y Laura Somalo hasta la publicación del artículo en el número de mayo de la revista "Anales de Pediatría". En realidad, este estudio partió de otro a nivel nacional bajo el nombre de RICARDIN (Riesgo Cardiovascular en la Infancia).
Llada prefiere no aventurarse a dar las razones por las que Oviedo ha registrado este descenso de la obesidad en los niños, pero apunta a varias posibilidades. Por un lado, los centros educativos que participaron en el estudio "desarrollaron más sensibilidad hacia el fomento de hábitos saludables a lo largo de los años" aumentando la programación de actividades deportivas y velando por la calidad del menú escolar y de los productos que ofrecen las máquinas expendedoras.
Por otra parte, cree que "están surtiendo efecto" las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de UNICEF sobre alargar el período de lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, y alternarla con alimentos sólidos hasta los dos años de edad del niño. "La causa de la obesidad infantil a nivel mundial en los países industrializados está clara; fue la introducción de la papilla antes de que el crío cumpla los doce meses". Eso pasó con la incorporación de la mujer al mercado laboral, sobre todo tras la II Guerra Mundial, pero ahora, los expertos aconsejan continuar con la lactancia "porque es el único alimento que cubre todas la necesidades nutricionales del los más pequeños".
El estudio publicado en "Anales de pediatría", que pertenece a la Asociación Española de Pediatría, es en realidad el fruto de un trabajo de veinte años realizado en tres intervalos de tiempo correspondientes a los años 1992, 2004-2006 y 2012. Según Llada, que se incorporó al estudio hace tres años, "el peso se registró aproximando su medición hasta los 100 gramos más cercanos, empleando para ello una balanza de precisión mecánica, y la talla se midió con un estadímetro hasta el 0,1 centímetro más cercano". Además, las definiciones de sobrepeso y obesidad se basaron en percentiles promedio calculados de acuerdo a los criterios específicos de edad y sexo.
Los datos del estudio revelan que la prevalencia de la obesidad infantil bajó significativamente en los menores de once años desde el período comprendido entre 2004-2006, y 2012 al pasar de un 8,8 por ciento de niños obesos, al 4,1 por ciento. Por sexos, la obesidad bajó del 9,6 por ciento de los varones en 2004-2006, al 5,4 por ciento hace tres años. Sin embargo, en las niñas, el porcentaje de obesidad, de cerca del 6 por ciento, apenas varió. En el caso de los preadolescentes, hubo más chicos que chicas con problemas de obesidad en 2012.
Para Llada, la tendencia a la baja de la obesidad infantil en Oviedo no puede ampliarse a los últimos tres años, es decir, de 2012 a hoy en día, "porque aún está en fase de observación".
