El equipo de trasplante renal del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha sido designado por LA NUEVA ESPAÑA "Asturiano del mes" del pasado abril con motivo del décimo aniversario de la puesta en marcha del programa de implante de riñones provenientes de un donante vivo. Hasta la fecha, el complejo sanitario ovetense ha cosechado un pleno de supervivencia. "Están vivos todos los que recibieron el órgano, y de los donantes, todos salvo uno, que falleció por causas ajenas a la donación", explica el urólogo Miguel Hevia Suárez, actual responsable del equipo quirúrgico que lleva a cabo los trasplantes renales en el HUCA, el único de la región que efectúa intervenciones de esta naturaleza.

El trasplante de riñón de donante vivo se inició en el Principado hace ahora una década. En este plazo se han practicado un total de 30 injertos. El último de ellos fue particularmente simbólico: una madre de 79 años cedió uno de sus riñones a su hija, médica de raíces leonesas que desde hace años reside en Gijón. En la intervención que había abierto el camino, el riñón de una mujer colombiana de 37 años salvó la vida de su hija de 16. El año de mayor volumen de actividad fue 2011, con nueve trasplantes.

Cada trasplante con órgano de donante vivo encierra una historia de generosidad, alegrías e incertidumbres. Si se echa una mirada atrás, uno de los llevados a cabo en Asturias es difícilmente superable en muchos aspectos. Se trata del protagonizado por Priya Maliyakkal, una mujer de nacionalidad india de 35 años que precisaba un riñón y que tuvo como donante a su madre, Mary. Ésta hubo de viajar unos 8.000 kilómetros para que en el HUCA le extrajeran el órgano que su hija -que reside en Avilés- necesitaba. Dado que la familia no disponía de recursos para costear el desplazamiento, éste fue financiado por los fieles de la parroquia avilesina de San Agustín.

"El mensaje fundamental que deben conocer los ciudadanos es que el trasplante de donante vivo es una alternativa válida y que está expandiéndose", indica Miguel Hevia, en sintonía con el discurso que desde hace años defiende la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). En España, más de un 15 por ciento de todos los trasplantes renales son de donante vivo.

En el momento actual, están funcionando el 93 por ciento (28 sobre un total de 30) de los riñones implantados en el complejo sanitario ovetense. Han fallado dos de ellos: uno porque el paciente dejó de tomar la medicación y otro porque surgieron complicaciones. Esta técnica ofrece varias ventajas, entre ellas las derivadas de poder utilizar un riñón que se extrae de un sujeto completamente sano, de manera programada y que se implanta de forma casi inmediata.

Para los aprensivos, conviene reseñar que el riesgo al que se somete el donante es mínimo. "La supervivencia del donante vivo de riñón es superponible al de la población general, e incluso mayor", subraya el doctor Hevia, quien agrega que esta mayor supervivencia "no se explica por la donación del riñón, sino porque se trata de sujetos completamente sanos que, además, se someten a controles y seguimiento médico más estricto que el resto de la población". De otro lado, la extracción del riñón se hace habitualmente mediante laparoscopia, un procedimiento mínimamente invasivo que permite una recuperación muy rápida.