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Balance del primer aniversario del nuevo HUCA (IV)

La escasez de la plantilla y el desánimo, ejes de las protestas sindicales del Hospital Central

Las nueve organizaciones con representación en el centro sanitario denuncian "el cansancio y la crispación" de los trabajadores, y la "bicefalia" entre el Sespa y Gispasa

De izquierda a derecha, Yolanda Iglesias, Kate Herrero, Belén García, Nori Muñiz, Luisa María Montañés, Amparo Rodríguez, Ramona García, Adolfo Fernández y Juan Enrique Sánchez, en el HUCA. MANUEL BENITO

Plantillas escasas, desmotivación de una porción relevante de los profesionales y caída del prestigio del centro sanitario centran los lamentos de los sindicatos con representación en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Con motivo de la celebración -el próximo domingo, día 14- del primer aniversario de la entrada en servicio del recinto de La Cadellada, LA NUEVA ESPAÑA ha reunido a portavoces de las nueve organizaciones sindicales surgidas de las elecciones del pasado 23 de abril. Coinciden en subrayar "el cansancio y la crispación" que reina entre buena parte de la plantilla y denuncian la "bicefalia" entre la empresa pública Gispasa y el Servicio de Salud del Principado (Sespa), que "se pasan la pelota mutuamente".

Belén García González (Sindicato de Enfermería, Satse). "El tiempo nos ha dado la razón. Si hace un año decíamos que el traslado se hacía de forma precipitada y que no estábamos todavía preparados para venir al hospital, ahora sabemos que las cosas se hicieron así por orden expresa de la Consejería de Sanidad. Ha sido un año muy difícil para todos los colectivos, y especialmente para la enfermería. Sigue habiendo muchas deficiencias, muchas cosas sin solucionar. Algunas tendrían fácil arreglo, otras no tanto. Pero si no se solucionan los problemas básicos del día a día del personal, es imposible que en lo más complejo (la alta tecnología, el hospital "sin papeles", el hospital de referencia...) lleguen a conseguirse las aspiraciones planteadas. Las cosas han salido adelante gracias al esfuerzo de todos los profesionales para que los pacientes no vieran deteriorada la asistencia que se les presta. Existe un malestar del personal, aunque hay cosas que han mejorado levemente, pero, insisto, gracias fundamentalmente al esfuerzo de los profesionales, que por supuesto está pasando factura. Un ejemplo claro de mala planificación: a fecha del pasado viernes, las 53 ó 54 camas supletorias que se abrieron en el mes de diciembre continuaban funcionando. Eso añade una sobrecarga de trabajo a las enfermeras y al resto del personal de enfermería porque las plantillas no se han reforzado en ningún momento. Esta situación no sólo repercute sobre este hospital, sino también sobre el Hospital Monte Naranco, que ha servido de apoyo al traslado y se ha empleado como reserva de camas, y también sigue funcionando con la misma plantilla que tenía. Hay que resolver problemas básicos como los vestuarios, el programa informático Millennium, adecuar las plantillas de los distintos servicios y unidades...".

Kate Herrero González (Sicepa). "Hace muchos años que se prometió, y está sin hacer, una catalogación de los puestos de trabajo con sus cargas y funciones. Ahora hay poca plantilla en unos sitios y mucha dispersión en otros. De un año para acá, debemos de ser la comunidad autónoma en la que los trabajadores más nos vemos obligados a acudir a los tribunales de justicia. No sé cuántas demandas ponemos cada semana. También pedimos que el Sespa ejecute las sentencias. No lo hace y parece que nadie toma medidas. Hemos de reclamar que cumplan la normativa que ellos mismos elaboran: son los primeros que las incumplen. Seguimos enterándonos de información que nos compete a través de los medios de comunicación y no de las autoridades sanitarias. Y ya va siendo hora de que esta comunidad autónoma desarrolle el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP)".

Yolanda Iglesias Sanz (Usipa). "Hace años que se hablaba del traslado del HUCA, que nos reuníamos con la gerencia, que les informábamos de las inquietudes y las necesidades que veíamos. Nos hemos dado cuenta de que hicieron caso omiso. Se llevaba a gente a elegir los carros de medicación, y resulta que no hay quien tire de ellos, las enfermeras no pueden con ellos. No sabemos quién les ha asesorado en cosas que ya no tienen solución y que repercuten directamente en la salud de los trabajadores. No se han tenido en cuenta las normas básicas sobre prevención de riesgos laborales. Se hicieron montones de denuncias, que nos dieron la razón, pero las cosas siguen sin solucionarse. Las plantillas son escasas. Sabíamos los metros que tenían las unidades, pero esos metros tienen que ser andados, y corridos, por las enfermeras y las auxiliares de enfermería. No se tuvo en cuenta que la plantilla tiene una media de edad alta, con problemas de salud importantes. Aquí es como si tuviéramos todos veinte años... Tenemos más pacientes, más metros, más actividades, más funciones, y no tenemos más personal. Luego viene el capítulo del Millennium, para el que la formación fue y sigue siendo muy insuficiente, sobre todo para la plantilla de más edad. Es un programa complicado, nada intuitivo. Sabemos que es para mejor, pero está siendo mal llevado, pese a las ganas que todo el mundo ha puesto. Hay trabajadores que se han jubilado con 63 años, perdiendo parte de sus derechos y de su pensión de jubilación, porque la situación les sobrepasaba. Lo que estamos diciendo era perfectamente previsible, y ha provocado entre todo el personal una desmotivación muy grande. Queremos trabajar en un hospital en el que la carga de trabajo esté directamente relacionada con el volumen de plantilla y la motivación de ese personal. ¿Por qué nadie quiere venir al HUCA? ¿Por qué en el concurso de traslados va a irse gente del HUCA? ¿Por qué hay ofertas de trabajo y no se cubren? Los MIR no quieren venir. Ésas son las preguntas que tienen que hacerse los responsables sanitarios".

Adolfo Fernández Pérez (CSIF). "Completamente de acuerdo con todos los compañeros. Resumo: desilusión, estrés, desánimo, cabreo, enfrentamientos pacientes-personal... Estas palabras sintetizan la situación del 90 por ciento de la plantilla, trabajadores de todas las categorías. Desde el tema de Gispasa, Millennium, sobrecarga de trabajo, bajas laborales, denuncias laborales... ¿Qué hacen la gerencia o el Sespa? No hacen caso a ninguna de las soluciones que tratamos de aportar".

Amparo Rodríguez Díaz (CSI). "Uno de los problemas es la bicefalia en la gestión entre el Sespa y Gispasa. Es básica, y sobre ella pivota todo. Tienes una avería en un servicio, llamas a mantenimiento y ese papel pasa a otro sitio que lleva Gispasa, porque Gispasa tiene una encomienda de gestión firmada por la Consejería de Sanidad. Un acuerdo contrario a la ley. En este momento, Gispasa tiene encomendada la explotación de todo lo no sanitario del HUCA. Explotación y gestión. Pero resulta que tiene diez trabajadores que son personal técnico, con lo cual no pueden arreglar una avería. Se han subido el sueldo, han entrado en Gispasa a dedo y luego, por la puerta giratoria, llegan a jefaturas del HUCA contraviniendo la ley y sin publicitación de las plazas. Hay 700 u 800 denuncias a Inspección de Trabajo, hay resoluciones, pero Gispasa y el Sespa se pasan la pelota uno a otro, y en medio estamos nosotros con todos los problemas. La solución pasa en parte por la disolución de Gispasa, en la que todos los grupos políticos del Parlamento estaban de acuerdo y no se ejecutó. Incluso la gestión del material que teníamos arriba es ahora privada. Llega el fin de semana y te encuentras con que, por ejemplo, te faltan cosas básicas que se necesitan en una UVI".

Juan Enrique Sánchez Lasheras (Sindicato Médico, SIMPA). "El día que bajamos a este hospital, el edificio no estaba preparado para recibir profesionales ni mucho menos pacientes. Como denunció mi sindicato, se puso en riesgo la seguridad de los enfermos. Hay que recalcar el clima de cansancio y crispación entre los trabajadores debido a una situación de desgobierno. Vienen gestores que están un año o dos, luego los echan, y no hay un rumbo claramente establecido. Ese desgobierno hace que no se concrete absolutamente nada. Y luego una carencia de personal en el conjunto de hospital. No sólo en anestesia y en rayos, sino también en otros servicios: anatomía patológica, medicina interna, en urgencias sobre todo... Cuando se va saturando la atención primaria, eso pasa a urgencias y de urgencias al resto de servicios. Este hospital está colapsado por falta de profesionales. Me gustaría trabajar en un hospital con una gestión un poco decente y que por lo menos tuviese claro a donde quiere ir. No me gusta trabajar en un hospital en el que mis compañeros más jóvenes y la mejor gente se marcha, y eso puede verse en todos los servicios. Alguien a quien estás dando un contrato de mes a mes termina yéndose".

Luisa María Montañés Álvarez (USAE). "Cuando bajamos a este hospital la gente tenía muchísimo miedo por la edad. La media era de 54 años en las auxiliares y de 52 en las enfermeras. Había miedo a lo desconocido. Ilusión y miedo. Cuando llegaron aquí, el miedo no sólo no se les quitó, sino que creció. Por muchas razones: en las plantas hay que caminar mucho, no existe una salita de estar mínimamente confortable... Los delegados de prevención intentamos colaborar en el diseño de los vestuarios, de las taquillas... Hablamos con Gispasa, pero pasaron del tema. Cuando llegamos aquí las taquillas eran viejísimas, hay compañeras nuestras con picaduras de pulgas y de otros insectos... Ahora han puesto unas taquilla nuevas; pero no las que indica la normativa, que tienen que ser dobles, sino unas de piscina... Son cosas menudas, pero seguimos en lo mismo. La dirección y Gispasa se pasan la pelota, y nosotros estamos sin taquilla. Luego tenemos que llegar una hora antes para poder aparcar. A las siete y media de la mañana ya estás crispada. Los robots, los 'manolinos', en este hospital no son operativos, porque la mayoría de las veces llega la comida a las dos, cuando tengo que dar de comer a 18 enfermos. A menudo, no hay pijamas y ropa de cama. Yo quisiera ir a un hospital seguro, y éste no lo es ni para el trabajador ni para el paciente; a las habitaciones les falta un poco de espacio; se ha perdido el concepto de equipo de enfermería...".

Nori Muñiz Muñiz (Comisiones Obreras). "Quiero subrayar la situación de las categorías más bajas, que trabajan a destajo con muy poca gente. Nos metieron los robots, pero como los famosos 'manolinos' son pocos no logran que las comidas lleguen a las horas, y entonces los pinches tiene que seguir llevándolas. Hay un gran descontento entre los trabajadores, porque al bajar del edificio del Cristo se perdió mucha plantilla y eso repercute en todo. Empezando por los uniformes: nos falta poco para parecer payasos. El tallaje da pena. Hemos perdido mucha calidad. Después a mucha gente le faltan taquillas, los vestuarios están abarrotados. Yo recalcaría que la falta de personal es esencial. Los celadores recorren kilómetros. La vida la dejas aquí".

Ramona García Rodríguez (UGT). "El traslado no llegó al aprobado. La progresión no ha sido adecuada en este año que llevamos. Mientras tengamos una dirección de enfermería y una dirección de gestión como las que tenemos, mal vamos a ir. Me gustaría presumir del aumento de actividad que presenta la dirección, pero desde luego no a costa del mismo volumen de trabajadores, porque, queramos o no, esto siempre es a costa de la calidad asistencial. Y si todo esto no se ha percibido es por el esfuerzo añadido de los profesionales, sanitarios y no sanitarios. Para nosotros, Gispasa es ni más ni menos que un nuevo modelo de gestión. Tenemos un equipo de mantenimiento que no tiene ni herramientas. Sólo les queda la primera actuación, y ni siquiera, porque me atrevo a decir que hay cargos intermedios que llevan muchos encargos a las contratas, no sé si con una segunda intención o no. Respecto a los cargos intermedios, creo que si hace un concurso de miss mundo no los encuentran peores. Por no hablar de la situación de la lavandería y de la cocina. No puede ser que después de un año tengamos sobre la mesa la misma problemática sin resolver".

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