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La alcaldesa es Wenceslao

Agridulce reacción y gritos de "Wenceslesa" entre los seguidores de Podemos y Somos Oviedo congregados en la plaza de la Constitución

Decenas de personas, ayer, en el salón de recepciones de la calle Cimadevilla durante la transmisión del Pleno. E.V.

A la plaza de la Constitución de Oviedo, en la tarde de la constitución del nuevo Ayuntamiento, llega un Rolls Royce negro, pero no se detiene ante las Casas Consistoriales, sino en el templo de San Isidoro. Faroles sobre la moqueta, Adagio de Albinoni de fondo, vestidos largos, sobre todo rojos, alguno azul, ninguno morado. Pero afuera, en la plaza, predominan las camisetas y los chándals morados. Gentes de Podemos y Somos Oviedo esperan el inicio del Pleno constituyente.

Diego Díaz, de Somos, toma el micrófono de un altavoz portátil y enuncia el ideario: "Se acabó el gabinismo-ladrillismo..., se acabó la gente de la "operación palacios"..., aquí hay socialistas que no son marionetas de la FSA...". Díaz cede la palabra a Marco Antuña, de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI), y habla en nombre de la Plataforma de Despedidos de Empresas de Oviedo.

Los ediles de IU entran al edificio consistorial. "Cristina, a por ellos", le dicen a Cristina Pontón, que saluda junto a Roberto Sánchez Ramos, "Rivi". En el altavoz de la plaza, uno de los presentes añade más reflexiones de ideario: "Si los socialistas de Oviedo son seguidores del Pablo Iglesias que en 1879 funda el PSOE, elegirán a Ana Taboada como próxima alcaldesa".

Entran a las Consistoriales Wenceslao López y sus ediles del PSOE. Les gritan: "¡No traicionéis al pueblo!", y también: "¡No te vendas, Wenceslao, queremos cambio!". Todavía nadie sabe la conjunción de votos que se producirá en una hora y poco.

Comienza el pleno. Son las siete de la tarde y la plaza corea: "Tic-tac, tic-tac", uno de los gritos de acción de Podemos. Llueve y se abren los paraguas. Los datos de lo que va sucediendo en el Pleno corren de boca en boca, y cuando "Rivi" dice en su intervención que los votos de IU serán para Wenceslao López, Diego Díaz comenta: "Ya le noté yo un poco esquivo al entrar".

Alguien conecta el altavoz de la plaza al sonido que se emite desde el salón de plenos. La gente se arremolina bajo la maraña de paraguas. Interviene Ana Taboada y, por último, Agustín Iglesias Caunedo. Gran pitada ante los soportales del Ayuntamiento. Culmina la votación de los concejales. Han sonado las campanas de San Isidoro y se produce un estallido de voces, pero las reacciones son confusas. Se mezclan ovaciones y pitidos. Wenceslao López es el nuevo alcalde de Oviedo. Taboada y Somos le han entregado sus votos. A las 20 horas y cinco minutos, recién conocida la noticia, en la plaza gritan "¡Alcaldesa, alcaldesa!". Parece que Wenceslao es la alcaldesa. Alguien exclama: "¡Es el alcalde legal, pero la Alcaldesa es Taboada!". Otro añade: "No ha ganado la FSA, ha ganado Wenceslao porque se ha encontrado con gente que no es cicatera".

Mario Díaz retorna al micrófono: "Es triste, pero esperemos que el 'pacto del duerno" se haya acabado, que la línea caliente PSOE-PP haya roto". Toma la palabra Ánxel Nava, artista plástico, y prosigue con la evaluación de resultados: "Ésta es una tarde agridulce". Su intervención se prolonga y en la plaza unos se abrazan y otros permanecen pensativos. Comienza la digestión.

Un miembro de la Asamblea de Despedidos comenta: "Con tal de echar a estos del PP después de 24 años, lo que sea". Alguien cabreado coge entonces el micrófono: "Los de la 'casta' son mucho más viejos y saben maniobrar mejor que nosotros, porque teniendo más votos no hemos ganado; estoy indignado, aunque contento por echar al maldito alcalde del PP".

Y remata: "Tuvimos que elegir entre la mierda y la mucha mierda, pero ésta no es la política que queremos; ellos saben jugar sucio y nosotros no, pero con la ilusión y más votos la próxima vez no nos harán esto".

En la planta noble del Ayuntamiento comienzan las escenas de balcón. Sale Taboada y el grito de la plaza es de nuevo unánime: "Alcaldesa, alcaldesa!". Se le suma en el balcón el nuevo alcalde, Wenceslao López, y las reacciones se dividen. Unos gritan: "Wenceslao, alcaldesa". Lo repiten y repiten, y llega a sonar como "Wenceslesa". En cambio, otros discrepan de ese veredicto y pitan con intensidad o dicen "no" con el dedo índice erguido. Unos pocos exclaman "¡No nos falles!".

La tarde va cayendo y la división de opiniones permanece en la plaza. Los de la boda y el Rolls Royce se han ido hace ya tiempo.

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