Wenceslao López (Oviedo, 29 de octubre de 1947) recibe a LA NUEVA ESPAÑA en el despacho que durante los cuatro próximos años ocupará en la planta noble del Consistorio ovetense. El nuevo alcalde de la ciudad hace balance de lo ocurrido en los últimos días y de lo que queda por venir, como la negociación con Somos e IU para formar gobierno.

-¿Soprendido por verse en el despacho del Alcalde?

-Evidentemente sí. Es una aspiración que he tenido siempre. Todo el mundo sabe que mi preocupación por la política municipal es de siempre, forma parte de mi ADN político. Cuando me presenté a las elecciones tenía la ambición de ser alcalde, pero el resultado fue el que fue.

-¿Y durante el proceso de negociación con Somos e IU?

-No perdí la esperanza. Es mi forma de ser. Cuando me embarco en proyectos de cualquier índole siempre trato de llegar al final. En este caso el proceso estaba muy complicado, endemoniado. Pero había una chispa.

-¿Qué sintió en el momento que supo que Somos le iba a dar su apoyo para ser Alcalde?

-Tenía la sensación de que algo distinto a lo esperado iba a ocurrir. Por eso, cuando llegué a la siete menos cinco y me di cuenta de que quedaba tiempo, me fui a la cabecera de la mesa. Fue cuando se acercó Ana Taboada para decirme que iban a apoyar mi candidatura y que Somos presentaría la suya. Tuve que improvisar todo.

-Tanto que no tenía ni discurso.

-Para nada, ni el primero ni el segundo (risas). No había discurso para ningún momento.

-Vamos, que lo de ser Alcalde lo veía muy complicado.

-Ese escenario lo descartamos el mismo sábado al mediodía tras una reunión con Somos en la que les dijimos "o Caunedo o yo". Estábamos de acuerdo en el qué y en el cómo, y únicamente faltaba decidir el quién.

-¿Qué sintió el viernes cuando el comité autonómico de la FSA le impuso ser candidato? ¿Había pensado en esa posibilidad?

-Siento que hay una decisión de mi partido que me cambia el escenario en el último segundo, las reglas de juego, y en una dirección en la que no tenía nada previsto. Hasta ese momento había hecho un recorrido en base a unas normas a nivel federal y en el último momento me encuentro que para Oviedo esas normas cambian. Fue un choque importante.

-¿Choque?

-Sí, fue el choque con lo que había estado trabajado hasta ese momento, que es en lo que creía realmente. Había interpretado que los ovetenses nos habían pedido un gobierno progresista. Y en ese momento veo que mi partido me dice que no puedo hacer lo que nos pidieron los ovetenses. Ya no era un problema de que me impusieran algo o no, sino que me dicen que no puedo respetar lo que han demando de forma democrática los ovetenses. Y esto me provocó un shock importante.

-¿Fue una noche dura?

-Sí, pero sobre todo los últimos días. Fueron muy intensos.

-Si Somos no llega a dar un paso atrás, ¿hubiera obviado las directrices de la FSA y votado a Taboada como Alcaldesa?

-En política hablo de hechos. Y como eso no ha ocurrido queda para la imaginación de cada uno pensar lo que hubiera pasado en ese escenario.

-Ha pasado de correr el riesgo de ser expulsado del PSOE por desobediencia, según su entorno más cercano, a ser Alcalde de Oviedo.

-No, hemos pasado de una ciudad que iba a seguir en manos de la derecha a un Ayuntamiento que está donde debe estar. Lo que hubiera sido de mí es lo de menos. Estoy en esto por vocación, el que no lo entienda es su problema. En política la coherencia es muy importante. Lo que no puede ser es predicar una cosa y hacer otra. La política es el instrumento que tienen los más desfavorecidos para luchar contra la desigualdad. Si esa herramienta se muere, estamos perdidos.

-Históricamente su relación con la FSA ha sido mala.

-Ha habido algún desencuentros. No lo puedo negar. Tengo una forma de concebir la política. Entiendo que la política es vocación y esto me da un cierto nivel de independencia. No estoy dispuesto a traspasar ciertas líneas rojas. Me niego y me resisto.

-¿Tiene más enemigos en casa o fuera?

-No, no. Hay muchos compañeros que en el comité autonómico votaron que me presentara como alcalde que me quieren.

-¿Qué tal es su relación con Javier Fernández?

-Normal, normal.

-El PSOE gana Oviedo pero pierde Gijón.

-Lamento que se haya perdido Gijón. En estas últimas semanas, y la FSA lo sabe, hice muchos esfuerzos para conseguir que el PSOE tuviera la alcaldía de Gijón. Pero no hubo manera. Somos y Xixón Sí Puede no tienen nada que ver.

-¿Qué hubiera pasado si el PP hubiera seguido gobernando?

-Los ovetenses nunca nos hubieran perdonado que la izquierda hubiera dejado pasar la oportunidad de gobernar en Oviedo tras 24 años de PP. Hubiera sido terrible.

-¿Qué diferencias habrá entre tenerle a usted de Alcalde a a que hubiera gobernado la candidata de Somos?

-No lo sé. Lo que tengo claro es que voy a respetar el resultado de las urnas. Tengo un conocimiento de Oviedo profundo y una experiencia a nivel de gestión y de organización importante. Y esto puede permitir que seamos más ágiles en la gestión política. Además, me gusta el diálogo y la diversidad.

-¿Se radicalizará el Ayuntamiento?

-En absoluto, eso son mensajes estúpidos.

¿Y Somos?

-Coincide con el 92 por ciento de nuestro programa. Si el programa es el mismo, ¿dónde está la posición radical? No recoger la medalla de concejal no es ser radical.

"Hay que asumir los Premios, para la ciudad son importantes"

-¿Cómo va a ser la relación con la Fundación Princesa?

-Habrá que verlo en su momento. Pero los Premios son importantes para Oviedo a nivel cultural y económico. Y desde esa perspectiva es desde donde hay que analizarlo. No soy monárquico, pero hay cosas como los Premios que hay que asumir.

-¿Y el programa cultural más clásico de Oviedo, como la ópera, van a mantenerlo?

-No hay ningún planteamiento diferente. Al contrario, queremos llevar la música, el teatro y las artes plásticas a los barrios.

-Han empezado a hablar hoy (por ayer) con Somos e IU sobre la formación de gobierno. ¿Será una negociación rápida?

-Espero que en una semana, o como máximo en quince días, acabemos. Estamos dibujando el mapa a nivel organizativo. No podemos permitir que el Ayuntamiento se pare. Sobre el modelo organizativo plasmaremos el político, lo que son las concejalías, las delegaciones...

-¿Habrá cambios?

-Algunos, como que el modelo esté enfocado a que el Ayuntamiento sea autosuficiente a la hora de gestionar sus servicios.

-¿Habrá tripartito?

-Esa es mi idea. Hay que trasladar los votos a los diferentes órganos de gobierno.

-Esto le dejaría en minoría.

-No necesariamente.

-¿No tendrá una situación débil frente a Somos?

-En absoluto. Somos tres partes y qué menos que dos estén de acuerdo. Aunque espero que siempre estemos de acuerdo las tres partes.

-¿No sería más cómodo gobernar en solitario?

-No, no, eso no me gusta. Si hablo de transparencia, de participación, de regenerar la política, eso de gobernar solo, ¿qué coño es? Rompería con la participación. Si alguno no quiere participar, no puedo obligarlo. Pero no es que me lo pidan, yo tengo la obligación de ofertarlo.

-Pase lo que pase parece que va a terminar el mandato. No da la sensación de que Somos e IU se vayan a aliar con el PP para plantear una moción de censura.

-A mi es algo que no me preocupa en absoluto. Estoy centrado en formar un gobierno estable y sólido, y que haya coordinación entre la parte política y la funcionarial. Queremos que los funcionarios sean partícipes de esta nueva estrategia municipal. No pueden estar al margen. Son los ejecutores de este nuevo proyecto. Tenemos que trabajar en común. Lo tengo muy claro.

-Pero lleva tiempo diciendo que el Ayuntamiento ha perdido músculo funcionarial. Y eso cuesta recuperarlo.

-Tenemos que rehacerlo. Queremos poner en marcha un modelo para recuperarlo. Y lo haremos con la máxima urgencia. Aunque somos conscientes de que no puede ser de un día para otro.

-Dentro de unos meses hay que renovar el contrato de la recogida de basuras. ¿Se plantea crear una empresa municipal como en Gijón?

-En estos momentos no nos planteamos nada. Hay que ver cada tema despacio, con seguridad y sosiego. Hay que ser muy realistas. En política municipal hay que optimizar los recursos públicos al máximo. No podemos permitirnos el lujo de fracasar en ninguna área.

-¿Teme un bloqueo de la gestión por parte de la cúpula funcionarial?

-No, confío en los funcionarios. Y si hay algún caso excepcional habrá que corregirlo. Hace treinta y seis años ya estuve en el Ayuntamiento. Entramos con un recelo enorme porque eran estructuras franquistas y pensamos que el enemigo era el funcionario. Pero a la semana de estar en el Ayuntamiento cambié el chip totalmente. Era gente normal que trabaja para lo público. Hay que trabajar en común.

-¿Va a ser más fácil pedir cosas al Principado siendo gobiernos del mismo partido?

-Debería serlo. Cuando los gobiernos son del mismo color la capacidad de entendimiento es mucho mayor.

-¿Va a ir a fondo en cuestiones como el Calatrava?

-Es un tema que está en los juzgados. Hicimos una denuncia que se corresponde con lo que llevo alertando en las últimas décadas a través de artículos en LA NUEVA ESPAÑA. Ahora hay que colaborar con la justicia para que las irregularidades se certifiquen y se fijen responsabilidades.

-¿No le va a temblar la mano sea quien sea el que pueda ser acusado de irregularidades en este tema?

-Por supuesto. Hay que ser implacable con el mal uso de los fondos públicos.

-¿Cuáles van a ser sus primeras medidas como Alcalde?

-A corto plazo hay que ponerse manos a la obra para que esos 20.000 parados que hay en la ciudad no lo pasen mal. Y a medio plazo hay que invertir en muchos barrios que están envejecidos y rejuvenecerlos.