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Los psiquiatras rechazan trabajar en La Corredoria y en otro centro

"Lo que hay que hacer para abrir un dispositivo es aumentar la plantilla, y eso no se ha hecho", subraya Julio Bobes

Zona de acceso al centro de salud mental de La Corredoria. LNE

Los psiquiatras del área sanitaria de Oviedo han expresado su negativa a la pretensión del Servicio de Salud del Principado (Sespa) de que compaginen el trabajo en varios de centros de salud mental. El objetivo de la Administración sanitaria consistía en reforzar la plantilla del equipamiento de La Corredoria, cuya área residencial fue abierta el pasado día 1. Sin embargo, los profesionales interpelados se han negado en redondo.

"Lo que hay que hacer para abrir un centro es aumentar la plantilla, y eso no se ha hecho", declaró ayer a este periódico Julio Bobes, jefe de servicio de salud mental del área IV. A juicio del doctor Bobes, la estrategia de que un mismo especialista trabaje en más de un centro "deteriora la continuidad de la asistencia y la adhesión de los pacientes a los médicos, que cambian sin parar".

Este contratiempo del Sespa se suma a las críticas expuestas días atrás por seis psiquiatras del centro de salud mental de La Ería. En un escrito público, los especialistas denunciaron "la utilización de personal facultativo que se encuentra desempeñando su labor asistencial en este servicio para cubrir las necesidades del nuevo centro de atención integral de La Corredoria, de forma que para poner en marcha este nuevo dispositivo, se está mermando la capacidad de atención de este centro asistencial".

El documento de protesta llevaba la rúbrica de Julio Bobes, Javier Caballer, Luis Jiménez Treviño, Marino Montes, Inmaculada Serrano y Emilio Sotomayor. Según ellos, los desplazamientos a La Corredoria "suponen una pérdida de la calidad y la continuidad asistencial, lo cual implica que en el área IV hay pacientes de 'primera' y de 'segunda' en función del centro de salud mental asignado". Y es que, agregan, "el hecho de estar trabajando a tiempo parcial en dos dispositivos conlleva un aumento de las listas de espera, menor tiempo de atención a los pacientes y la ausencia del profesional de referencia en casos de urgencia".

La unidad residencial del centro de salud mental de La Corredoria consta de 22 camas dirigidas a enfermos "subagudos" con una estancia máxima prevista de tres meses. El término subagudos designa a aquellos pacientes que requieren internamiento, pero cuyo estado de salud no justifica su ingreso o permanencia en la unidad de enfermos mentales del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

La apertura de esta unidad residencial ha generado un amplio rechazo entre la plantilla de profesionales y los familiares de los enfermos. Vienen a sostener que su entrada en servicio implicará el cierre de La Casita y dañará de forma grave el funcionamiento del equipo de tratamiento asertivo comunitario (ETAC) que tiene su base en La Corredoria, y que proporciona terapias y cuidados en el propio domicilio de los enfermos.

En estos aspectos incide el manifiesto de los psiquiatras de La Ería: "Este nuevo cambio asistencial en la red de salud mental del área IV, unido al reciente cierre del hogar protegido 'La Casita' y a la desaparición del ETAC, confirma que la apertura del centro de atención integral de La Corredoria no está orientada a aumentar los recursos para la atención a la salud mental del área, sino que estamos asistiendo al desmantelamiento de facto de la red de salud mental del área IV".

Los profesionales hacen hincapié en que estas medidas están siendo adoptadas en tiempos de interinidad política, tras las elecciones autonómicas y municipales del pasado 24 de mayo. "Es especialmente llamativo que todos estos cambios se estén produciendo en el marco de una situación de incertidumbre política y con un gobierno en funciones, que está tomando decisiones que afectan al futuro de la atención a la salud mental durante los próximos años y desaviniendo los acuerdos alcanzados en el Parlamento asturiano sobre esta materia en octubre de 2014", señalan.

En consecuencia, apostillan, "exigimos que se paralice la aplicación de las decisiones tomadas por el actual equipo de gestión de salud mental y que el nuevo dispositivo creado sea cubierto con nuevas contrataciones de personal sanitario, en lugar de hacerlo a costa de disminuir los recursos existentes en el área".

Según Julio Bobes, es un "disparate" que el nuevo plan de salud mental hable de ampliar la plantilla de psicólogos en 19 efectivos "cuando estamos viendo la situación global de los recursos disponibles". "Resulta incomprensible que sigan empeñados en programar cosas sin una evaluación previa de los rendimientos", puntualiza el doctor Bobes.

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