"Póngame una de gamusinos" le dice un cliente de mediana edad a José Manuel López Iglesias, el propietario de una tienda de ultramarinos de la calle San Juan. "Si trae usted un saco se los doy", responde el tendero. "Pero... ¿oiga, qué son?". Este diálogo de besugos se repite a menudo en este pequeño establecimiento del corazón ovetense desde hace más o menos un mes. Ese es el tiempo que hace que López Iglesias tuvo la idea de poner en el escaparate un cartel con el nombre de un animal imaginario: "Se venden gamusinos".
"No engaño a nadie porque en realidad vendo pastas con esa denominación, aunque aprovecho para tomar un poco el pelo a la gente, sin pasarme, ¿eh?", explica el propietario, que lleva dieciocho años al frente de un local con medio siglo de antigüedad.
Los gamusinos forman parte del saber popular, sobre todo el asturiano y el leonés, desde hace años y han dado lugar a grandes anécdotas junto a, por ejemplo, los "cordoveyos". Según la RAE (Real Academia Española), el gamusino es "un animal imaginario, cuyo nombre se usa para dar bromas a los cazadores novatos".
Sin embargo, desde hace unos meses, los gamusinos son unas pastas de chocolate por obra de una empresa de repostería de Burgo de Osma, en Soria, que ha usado el nombre para promocionar el producto.
Entre gamusinos, "cordoveyos", bromas, risas y dulces, la clientela de la tienda de ultramarinos ha aumentado ligeramente. "El cartel funciona bien porque entran bastantes personas preguntado por ellos", comenta López Iglesias, acostumbrado ya a que los jueves y los viernes la clientela de la sidrería que hay justo enfrente, haga apuestas sobre el tema. "Los veo a través del escaparate mirar mucho para acá y al final entra uno para saber si es una broma o qué".
Gamusinos haberlos, haylos en la calle San Juan.
