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Pies vestidos a mano

Una ingeniera, una arquitecta y una aparejadora orientan sus carreras hacia la moda y triunfan con unas originales alpargatas

Las diseñadoras y artesanas Cecilia Sanchís, Belén Argudín y Ana Casero en su taller de Oviedo, en el que realizan a mano sus exitosas alpargatas conocidas como "Prungatas". JULIAN RUS

Su historia podría ser el argumento de una película. Tres amigas del colegio escogen diferentes profesiones pero, con el paso del tiempo, una pasión común las vuelve a unir. Esa afición se acaba convirtiendo en negocio y, sin querer, en éxito. Con algunas pequeñas variaciones, esa es la historia de Prunilda, la firma ovetense que está detrás de las famosas "Prungatas" que ya han conquistado a rostros conocidos como las modelos Bimba Bosé o Noelia López.

Cecilia Sanchís, Ana Casero y Belén Argudín son las protagonistas de este proyecto. Arquitecta, ingeniera y aparejadora por las mañanas, y diseñadoras artesanas por las tardes y durante los fines de semana. Son un ejemplo del modelo de jóvenes en auge, el de los emprendedores que buscan una opción para dedicarse por fin a lo que realmente les gusta, sin verse presionados por su formación académica o por la crisis. "El diseño es lo que nos gusta de verdad, por eso no nos importa dedicar nuestro tiempo libre a esto. Ya hemos superado cualquiera de nuestras expectativas y la idea es que acabe siendo nuestra única ocupación", explica Sanchís.

Todo empezó en 2009. Belén Argudín se estrenaba como madre y buscaba en Oviedo ropa diferente para su hija. "Todo me parecía igual, no había opciones de diseños artesanos de calidad y modernos. Y un día pensamos, ¿por qué no hacemos algo? Somos amigas de siempre y compartíamos el gusto por la moda". Al poco tiempo vio la luz su primera colección de ropa infantil. Y llegaron la segunda y la tercera. Hasta que el verano de 2014 pensaron en añadir un producto nuevo a su lista, las "prungatas". "A las tres nos encantan los zapatos, y diseñamos una línea de alpargatas para niños como apoyo a la colección. Pero las madres, los padres y los abuelos no paraban de preguntarnos por ellas, así que empezamos a crearlas para adultos", explica Casero.

Con el concepto del "do it yourself" (hazlo tú mismo) como punto de partida, empezaron a realizar piezas únicas de este típico calzado de verano, atendiendo a las peticiones de cada uno de sus clientes. "Son personalizables al cien por cien. Eliges el color de la base, el de los flecos, el de los laterales, el de los cordones...Y encima realizado con materiales españoles y cosido a mano todo en Oviedo", añade Sanchís. Y ese es el secreto de su éxito. "La gente busca diferenciarse, productos que saben que les son cómodos, pero que tengan un plus", indica Casero.

Y ellas se lo dan. Por eso, desde el 18 de abril ya han vendido más de 600 pares que les han encargado desde lugares como Australia, Panamá, Estados Unidos, Irlanda y, por supuesto, Asturias. "Es un calzado cómodo, de toda la vida, y nosotras lo transformamos en algo exclusivo y que convierte a cada comprador en su propio diseñador", afirma Argudín.

Como les ocurre a todos los nuevos emprendedores, internet y las redes sociales son sus mejores aliados. "Son fundamentales. Tu información llega a la vez a Llanes y a Tokio, algo impensable hace pocos años y es un mundo abierto", dice Casero. Pero, como buenas artesanas, la era digital no les hace olvidar el cara a cara. "No hay nada que nos haga más ilusión que ponerle cara a una clienta o ver a alguien con un diseño nuestro. Eso ningún ordenador lo podrá cambiar", puntualiza Argudín.

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