Un avión sale de Granada bajo el sonido de "Piensa en mí". Así arranca el tráiler del documental "El amor amargo de Chavela" (2012), que describe cómo el bailarín Rafael Amargo parte hacia México "en busca de la inspiración para encontrarse con la musa chamana". Amargo estuvo en México trabajando varios meses en la tele, en un programa en el que estaba de jurado y aprovechó para conocer e idear este documental sobre la cantante, a la que Amargo define como "muy libre". El bailarín explica a LA NUEVA ESPAÑA cómo surgió el filme documental que se proyecta hoy (22 horas) en el teatro Campoamor como parte del programa del Festival de Cine y Arquitectura (Ficarq), que este año está dedicado a México.
"Estuve cuatro meses viviendo en México, trabajando en Televisa. El primer fin de semana que llegué, la fui a ver", cuenta el artista español, que va relatando cómo inició su relación con la cantante. Fue durante esas visitas que le hacía, "empezando a hablar con ella" surgió todo. "La vi muy mayor ya, pero con una vida rica, fuerte, apasionada y vertiginosa. Le dije que toda esa vida la teníamos que contar en un documental".
Era el punto de partida a un experiencia nueva para Rafael Amargo, que, por primera vez, se ponía tras las cámaras ni más ni menos que para plasmar la vida y obra de una de las grandes de la música popular. Antes, Amargo matiza el porqué de su estancia en México y su trabajo en Televisa: "Era por un programa, un campeonato mundial de baile. Yo estaba de juez".
Y enseguida entra en la materia con Chavela Vargas: "Es una película humilde, pero con mucho duende. No es técnica, ni cara, ni nada, pero está hecha con mucho sentimiento. Luego resultó que el documental se convirtió en su última entrevista". La cantante falleció poco después, el 5 de agosto de 2012.
Amargo explica el argumento: "Es un poco documental de ficción. Empezamos en Granada. Un joven, yo mismo, decide ir a México a buscar a Chavela. La historia es la de una carta remitida por Lorca para que se la diera. Una carta que me entrega mi abuelo, Rafael Fernández, desde el cielo". El abuelo de Amargo era efectivamente "cartero y pariente" del poeta.
El bailarín prosigue con la historia de la elaboración del documental: "Era ya una mujer de noventa y pico años" (93 en aquel entonces). Pero mostraba "la pasión de siempre desde que la empecé a escuchar por las pelis de Almodóvar. Una maravilla", dice.
"Era radical. Era complicado sacarle historias porque hablaba muy poco. Se quedaba en pausa". Pero, no obstante, puntualiza que "lo tuvo fácil. "Ella quería hacer el documental y fue un mano a mano" donde queda patente que siempre "hizo lo que quiso, nadie ni nada se lo impedía".
Cuenta Amargo que Chavela a él lo tenía controlado porque "ella era muy fan del mundo del flamenco": "Hijo, te estaba esperando", le dijo.
En las imágenes del tráiler se ve un encuentro entre Amargo y Vargas. Ambos vestidos de blanco e iluminados por el arte que proyectan. Amargo le entrega un ramo de flores mientras se van viendo fotos de la vida de la cantante, entre ellas una en grupo con Almodóvar. Es la historia de esta mujer grande, Chavela Vargas, a la que el bailarín español fue a visitar todos los fines de semana durante cuatro meses para rematar la cinta.
