Luchadora, incansable, optimista, superviviente, emprendedora, fuerte, amiga, hermana, esposa y madre. A los amigos de Irene García Muñiz se les quedan cortos los halagos, piropos y buenas palabras que hay en el diccionario para decribirla a ella, a la presidenta de la Asociación de Comercio Oviedo Antiguo, que falleció el sábado a los 42 años víctima de un derrame cerebral producido por un aneurisma sin diagnosticar cuando estaba disfrutando con su familia de un día de sol y piscina en Verdicio.

Hace sólo unos días, Irene mantuvo una reunión con el nuevo concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, y con el de Cultura, Roberto Sánchez Ramos "Rivi". Aquellas entrevistas formaban parte de su hoja de ruta en defensa de los derechos de los pequeños comerciantes. Ella sabía que era importante el cara a cara para plantear los problemas y los sueños de los autónomos y emprendedores carbayones. Consiguió que "Rivi" guardase "como oro en paño" sus propuestas culturales con vistas a potenciar el casco histórico e hizo que Fernández se comprometiese a incrementar la vigilancia en la zona durante las fiestas de San Mateo.