Luchadora, incansable, optimista, superviviente, emprendedora, fuerte, amiga, hermana, esposa y madre. A los amigos de Irene García Muñiz se les quedan cortos los halagos, piropos y buenas palabras que hay en el diccionario para describirla a ella, a la presidenta de la Asociación de Comercio Oviedo Antiguo, que falleció el sábado a los 42 años víctima de un derrame cerebral producido por un aneurisma sin diagnosticar cuando estaba disfrutando con su familia de un día de sol y piscina en Verdicio.

Hace sólo unos días, Irene mantuvo una reunión con el nuevo concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, y con el de Cultura, Roberto Sánchez Ramos "Rivi". Aquellas entrevistas formaban parte de su hoja de ruta en defensa de los derechos de los pequeños comerciantes. Ella sabía que era importante el cara a cara para plantear los problemas y los sueños de los autónomos y emprendedores carbayones. Consiguió que "Rivi" guardase "como oro en paño" sus propuestas culturales con vistas a potenciar el casco histórico e hizo que Fernández se comprometiese a incrementar la vigilancia en la zona durante las fiestas de San Mateo.

"Así era ella, un torbellino que caía bien a todo el mundo por sus fuertes valores y convicciones". Sandra Sutil, vicepresidenta de la Asociación Comercio Oviedo Antiguo, y, por tanto, una de las más estrechas colaboradoras y amigas de Irene, la describió así a las pocas horas de conocer su muerte y todavía en estado de "shock" porque "su pérdida deja un profundo dolor y un enorme vacío en la ciudad".

La noticia de la desaparición de Irene cayó como un jarro de agua fría en Oviedo, sobre todo en el Antiguo, donde desarrolló casi toda su trayectoria profesional al frente de varios locales y tiendas de ropa y complementos. El último negocio que regentó, en el Fontán, lo cerró a primeros de mes para centrarse en la asociación de comerciantes.

Su hermana Cristina, también dedicada al pequeño comercio, agradecía ayer la multitud de muestras de cariño que su familia estaba recibiendo en Los Arenales; desde colegas de profesión, empresarios y políticos, hasta vecinos. Teresa Laso, la portavoz de la Asociación de Diseño y Moda de Asturias (Adymo) no acababa de creerse la noticia. "Es una pérdida injusta porque era demasiado joven, con miles de proyectos y un hijo pequeño". La presidenta de la asociación de comerciantes del Antiguo deja un niño de 13 años que ayer recibió el apoyo del resto de su familia, padre, abuelos, tíos y primos.

La vicealcaldesa, Ana Taboada, dio ayer su pésame a la familia y destacó "la activa labor de la fallecida en momentos especialmente difíciles para el sector a causa de la crisis económica y la competencia de las grandes superficies". El concejal de Cultura, Sánchez Ramos, alabó la capacidad de trabajo de Irene, a la que acababa de ofrecer integrarse "en una comisión de programación cultural para la Noche Blanca" y de la que guarda proyectos.

Desde la Federación Asturiana de Comercio -tanto su presidente, Severino Álvarez Zaragoza, como la vicepresidenta, Laura Pérez- lamentaron el fallecimiento "de una colega bondadosa, capaz y trabajadora".

El presidente de la Asociación de Vecinos del Antiguo, Juan García, había charlado con ella hace cuatro días. "Estaba entusiasmada con nuevos proyectos. Era una mujer muy inteligente".

El funeral por Irene García se celebrará esta tarde en la iglesia parroquial de San Claudio.