"La tranquilidad y la variedad de títulos, además del ahorro" son los principales enganches que los usuarios de las bibliotecas ovetenses encuentran en la opción del préstamo de libros en lugar de optar por la compra de ejemplares. La última memoria de las bibliotecas municipales refleja un ascenso del 14% en cuanto a usuarios de libros respecto a la anterior referencia, de 2013. Durante el año pasado, fueron 10.174 los afiliados que solicitaron el préstamo de al menos un ejemplar. Estas cifras llevan al optimismo a los trabajadores de estos centros, como Chelo Veiga, bibliotecaria del centro Sara Suárez Solís de Pumarín. "Está claro que a la gente le sigue gustando el papel", asegura, antes de rematar. "Estas cifras llaman al optimismo".

Manuel Lara, el responsable de "Villa Magdalena", donde también se pueden pedir libros prestados, valora el trabajo del Ayuntamiento en los últimos años y hace al Consistorio, en parte, responsable del auge. "Ayuda que haya una variedad importante de libros, creo que han puesto mucho de su lado".

Lo que sí le faltan a las bibliotecas ovetenses es engancharse al relevo generacional. El perfil más habitual de los socios más activos es el de personas mayores de sesenta años que prefieren el libro de papel frente al electrónico y los nuevos formatos digitales. Hay excepciones. Como Dolores González, estudiante de Bellas Artes: "Suelo venir muy a menudo a la biblioteca de 'Villa Magdalena', puedo pedir prestado un libro y leerlo aquí o en mi casa". Otros, en cambio, responden perfectamente a la pauta. Es el caso de Manuel García, pensionista, y muy habitual de la biblioteca de Pumarín: "Llevo más de seis años viniendo, me parece que es un lugar muy tranquilo y puedo leer todos los libros que quiera. No suelo pedir prestado muchos libros porque los leo aquí mismo, pero alguna vez lo he hecho y es fenomenal".

Además de los libros, es habitual la lectura de la prensa diaria: "Tenemos una sala donde todo aquel que quiera puede venir a leer los periódicos del día o las revistas". Así lo explicó la responsable de la biblioteca de La Granja, en el Campo San Francisco Isabel Muñiz. Allí, Jorge Menéndez, con un diario bajo el brazo, refuerza el comentario de la bibliotecaria: "Llevo siete u ocho años viniendo a leer la prensa todas las mañanas. Prefiero venir aquí porque puedo comentar las noticias más importantes del día con la gente".

Sin embargo, una nueva tendencia tomar cuerpo. Y ayuda al aumento de socios: el préstamo de libros electrónicos es una realidad desde hace tiempo y tiene cada vez más adeptos. El carnet de socio de las bibliotecas municipales permite incluso, a través de una página web, acceder al préstamo de libros electrónicos que pueden descargase en el dispositivo del usuario.

Como es lógico, la tranquilidad manda en el ambiente de las bibliotecas. En verano, más todavía, aunque la programación de actividades no se detiene. En las instalaciones ovetenses los clubes de lectura y las rutas culturaales por la ciudad son de las más reclamadas. Por ejemplo, en la biblioteca de "Villa Magdalena" se organiza un club de lectura que tiene como público objetivo las personas mayores. "Está muy bien y hace que se relacionen entre ellos y compartan sus gustos comenta Manuel Lara en el palacete de la avenida de Galicia, contento porque un servicio que parecía estancado, el de las bibliotecas, se resista a quedar atrás".