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Adiós a "un sol que irradiaba bondad"

Decenas de personas abarrotan San Francisco de Asís para despedir a la decoradora Paula García-Vallaure con una sentida misa por "la mejor amiga que puede haber"

Paula García-Vallaure. LNE

"Era un sol que irradiaba bondad e iluminaba a todo aquel que estaba cerca de ella". El responso del sacerdote Manuel Robles -actual párroco de La Marina, en Villaviciosa, pero anterior titular de la iglesia ovetense de San Francisco de Asís- más que formar parte de una ceremonia, fue el consuelo de un amigo, de una persona que siente la pérdida de alguien cercano como propia y que trata de mitigar el dolor de los seres queridos que deja atrás. Su aliento fue muy necesario ayer durante el funeral de la decoradora Paula García-Vallaure de Oña, fallecida el miércoles a los 44 años víctima de un proceso oncológico que afectó a sus riñones.

Familia y amigos abarrotaron la parroquia de San Francisco de Asís, también conocida como la iglesia redonda, para despedirla y arroparse mutuamente. Media hora antes de la ceremonia, fijada para las 11.30 horas, decenas de personas deambulaban por el entorno de la iglesia (en la plaza de la Gesta). Un gesto, una mirada y un abrazo de cariño fueron el denominador común de los saludos. Luego, uno a uno, dejaron su firma o su dedicatoria en las hojas de pésame habilitadas junto a la esquela, en la entrada de la iglesia, y reconocieron los nombres de antiguos compañeros de colegio, de Instituto o de Facultad. Y es que gran parte de los asistentes habían ido a la misma clase que Paula. De hecho, algunos viajaron toda la noche y recorrieron cientos de kilómetros para darle el último adiós.

La exconcejala del PP, Eulalia García-Vallaure, prima de Paula, destacó que "era una persona excepcional, un amor de niña y un pilar importantísimo para los demás", mientras esperaba la llegada de los familiares directos; el marido de la fallecida, Gerardo Albornoz García-Bernardo, economista en el departamento financiero de la empresa Du Pont; su padre, Armando García-Vallaure, antiguo secretario del Banco de España en Oviedo; su madre, Emilia Oña; y sus cuatro hermanos, Armando, Nacho, Isabel y María García-Vallaure, a los que estaba muy unida.

Fueron muchos los que siguieron la ceremonia de pie porque no quedó ni un sitio libre en la bancada central ni en el coro. Joaquín Menéndez, arquitecto ovetense, ocupó un discreto lugar al fondo de la iglesia. Amigo de Paula y de su hermano Nacho se deshizo en halagos hacia la fallecida. "Era capaz de poner de acuerdo en un momento a un montón de gente para ir a comer o para organizar una fiesta". Lo mismo hizo el productor de televisión Nacho Fernández, que fue al colegio con Paula y con su marido. "En el tanatorio nos dimos cuenta de la cantidad de amigos que ella tenía, era triste, pero a la vez bonito porque significaba lo bella persona que era".

Robles comenzó la ceremonia contando cómo había conocido a Paula. "La encontré con sus padres, a los que ya conocía, en la plazuela de San Miguel y me pareció alguien entrañable que hablaba con pasión de la vida y de sus hijos". García-Vallaure deja dos niños, Marta y Javier, de 12 y 9 años, comentó el sacerdote, para quien si por algo destacaba la fallecida era porque "brillaba con luz propia gracias a que era natural, discreta, sencilla y alegre".

Así lo confirmó su tío Emilio Marcos Vallaure, exconsejero de Cultura y antiguo director del Museo de Bellas Artes de Asturias, para quien la pérdida de Paula "es una mazazo terrible". Otros, como José María Casielles Aguadé, químico y catedrático jubilado de la Universidad de Oviedo, y que compartió clase en el Alfonso II con el padre de Paula, insistió en "la calidad humana de ella y de toda su familia".

"Cuando se nos van los compañeros de colegio nos damos cuenta de la importancia de las pequeñas cosas", dijo Robles casi al término del funeral, dándose cuenta de la cantidad de amigos de la fallecida que había presentes, como el director de la TPA (Televisión del Principado de Asturias), Antonio Virgili.

Así, el escritor y poeta Julio Rodríguez, hijo del exrector de la Universidad de Oviedo del mismo nombre, defendió que Paula "era una de las mejores amigas que puede haber".

García-Vallaure, titulada en Graduado Social, regentó la tienda de decoración El Lienzo, en la calle Ventura Rodríguez, hasta que la enfermedad se lo impidió y siguió asesorando a amigos.

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