"No hay ni una papelera en toda la senda. Si mi perra tiene que hacer sus necesidades, no tengo dónde tirarlas", subraya María José Prado, quien acude desde hace ocho años a la senda que se inicia en el puente del río Nora, también conocida como la "ruta del colesterol", acompañada por su mascota Sira. "Está muy sucia", sentencia antes de continuar el paseo con su cachorro.

Los vecinos del barrio ovetense de La Corredoria y de la localidad sierense contigua, Lugones, constituyen la mayoría de los usuarios de esta ruta, a la que recurren para hacer ejercicio o evadirse coyunturalmente del fragor de la vida cotidiana. Son numerosos los caminantes que han manifestado públicamente sus quejas por el estado de la senda, que consideran abandonada por los servicios de limpieza, invadida por la vegetación y convertida en un peligro para aquéllos que patean por los puentes en días húmedos y se ven abocados a sufrir caídas sobre un suelo resbaladizo.

Alberto Ramos pasea junto a su mujer por uno de los diversos recorridos de esta ruta. "Es cierto que falta limpieza, los puentes sobre el río son un peligro y el suelo es muy resbaladizo", reconoce, mientras permanece apoyado en una de las dos pasarelas de las que se quejan los vecinos. "Esta senda enlaza con otra que va por detrás del centro comercial, y el tramo entre ambas está embarrado y sufre un abandono total y evidente", añade.

Miguel Ángel Elera es un lugonino que acude todos los días a la ruta para dar un paseo y mantenerse en forma. "El camino es muy estrecho, o es peatonal o es carril-bici, pero la convivencia de ambos es imposible", comenta Elera. "Falta iluminación. Cuando es invierno se hace de noche temprano y es imposible caminar a ciegas. Además, se deberían poner más bancos", lamenta.

Esta senda sufrió una reforma en la que, además de mejorar los accesos y conexiones con otras rutas, se colocaron bancos a lo largo del recorrido para que la gente pueda hacer una parada durante su paseo. Además, se dividió el asfalto para crear un carril-bici destinado al disfrute de los amantes de las dos ruedas. La aparición de esta vía ha provocado cierta polémica entre los transeúntes habituales de la senda, ya que ha originado una estrechez en la zona para caminantes.

Otros vecinos están conformes con la situación de la ruta. "Si está helado, puede que se resbale, pero no creo. Esta senda está muy bien, nunca hemos tenido ningún problema", tercia Ernestina Villafañe, que pasea todos los días junto a una vecina. "No entiendo las quejas", puntualiza.

Ángel Álvarez es otro vecino que acude con asiduidad a la senda del río Nora, en la que no aprecia problemas de envergadura. "Para un paseo está en condiciones", comenta. "Esta senda es una preciosidad, está muy limpia", sostiene Emilio López, otro usuario de la senda. "Cuando hace mucho calor, huele un poco mal al acercarte al río, pero no tengo ninguna queja sobre el camino", añade López.

Alejandro García no realiza la ruta con frecuencia, pero a su juicio "está limpia".