Punto 1: Puente Robleu (Argüero). Desde Gijón o Villaviciosa, se coge la carretera AS-256 hasta el cruce de Arguero, donde se toma la carretera VV-5 hasta el Puente Robleu. Salimos desde la citada carretera, a escasos metros del cruce por ésta del río Merón, junto al cartel de salida del pueblo de Manzanedo. Cogemos el camino que sale junto al chalet. Bordeamos el cierre del mismo, girando a la derecha nada más finalizarlo y cruzar por un artesanal puente de madera el río Merón. Nada más cruzarlo, se gira a la izquierda, hacia un hermoso bosque de ribera. A los pocos metros nos sale al paso una desviación a la izquierda. A partir de este punto iremos siempre pegados al río. Llegamos junto a una portilla, que atravesamos llegando junto al primer molino de la ruta, el molín de Modesto el Tanganu, muy deteriorado. Pasamos entre el molino y el arroyo, encontrándonos con unos eucaliptos de gran tamaño. El camino se ensancha, dando paso al siguiente molino, para lo cual debemos cruzar el río por el puente de acceso, donde existe una rueda de carro del país. Estamos en el molín de L´Aturiello, del año 1787 y restaurado en 1987. Continuamos por la margen izquierda y llegamos al poco tiempo a un ancho camino.

Punto 2: Camino de El Caleyu. Seguimos aguas abajo por el ancho camino, donde vemos a la izquierda una portilla metálica de entrada a una finca. Al poco se llega otra vez al río, pero esta vez no lo cruzamos, sino que se abandona el camino, para seguir por un sendero que lleva el río a la derecha. El sendero se estrecha un poco. Muy pronto volvemos a pasar a la otra orilla. Podemos ver cómo las libélulas vuelan entre la vegetación y el río en busca de alimento, transportándonos a los cuentos de hadas. Salimos a uno de los pocos claros de la ruta, atravesándolo y llegando junto a una pared de piedra, donde sale a la derecha un camino.

Punto 3: Cruce. Seguimos hacia la izquierda, cruzando el río por una gran losa de piedra. La ruta abandona este sendero, para seguir por otro que sale a la derecha y que continúa el descenso por la margen izquierda. Caminamos entre avellanos, arces, alisos, espinos blancos y gran cantidad de helechos. Volvemos a cruzar el río dos veces, y muy pronto en medio de la maleza vislumbramos el Molín de Requexáu, restaurado, con el canal de agua y el salto a la izquierda y que fue el último que molió en el río Merón. Nada más pasar el molino cruzamos el río para seguir por la otra orilla, donde podemos observar los tres tipos de helechos que se encuentran en este bucólico recorrido. Volvemos a llegar a una especie de cruce. Estamos en el Camín Real a su paso por el río Merón en lo que fue el Puentón de la Grúa, que comunicaba Argüeru y Careñes. Cruzamos el río para llegar al molín de Ferbeyón, que tenía fama de ser el que mejor molía. Cruzamos a la otra orilla y repetimos la maniobra (margen derecha) llegando al molín de Cerilo.

Punto 4: Molín de Cerilo. Sin cruzar el río pasamos entre éste y el molín. Este molino cuenta con una espectacular presa. Seguimos río abajo, entre vegetación exuberante. Llegamos a una pomarada totalmente abandonada. En medio, aparece el Molín de la Carbonera. Seguimos aguas abajo escuchando el trinar de los pájaros volviendo a cruzar el río dos veces y saliendo a un prado donde podemos apreciar varios tipos de helechos y, donde se encuentra al fondo el molín del Vayu, transformado en vivienda y hoy abandonado.

Punto 5: Molín del Vayu. La piedra que ha sido usada como dintel tiene una inscripción con dos fechas: una de 1823 y la otra de 1628, lo que nos lleva a pensar que ha sido traída de otra edificación. Nada más pasar el molino nos encontramos con el camino, que comunica Argüeru con Careñes. Al poco trecho nos encontramos con enormes eucaliptos que atraviesan la cobertura vegetal en busca del cielo y de la luz. Volvemos a cruzar el río y vemos entre la maleza los pocos restos del molín Nuevo.

Punto 6: Camino. En el camino se gira a la derecha, llegando muy pronto al río. Sale a la izquierda un sendero que nos conduce junto al molín de la Peña, cuyos restos están junto al mayor salto de agua del río Merón. El paisaje es de una belleza sin igual. Pasamos junto a los escasos restos del molín de Hevia, el de Bastiana y el de Merón, que apenas podemos contemplar, ya que sólo queda alguna que otra pared en la orilla del río.

Punto 7: Puente de Piedra. Nada más pasar la plantación de eucaliptos nos encontramos con un rústico puente de piedra, por donde ascendemos ligeramente hacia la carretera que conduce a la playa. Al llegar a ella se gira a la izquierda para descender escasos metros hacia el aparcamiento.

Punto 8: Playa Merón. Al llegar, vemos un cartel que indica que estamos en el Monumento Natural de los Yacimientos de Icnitas de Asturias, donde se encuentran huellas de los dinosaurios que poblaron esta zona antes de la aparición del ser humano en la tierra. Con 200 metros de longitud, la playa está flanqueada por hermosos acantilados e inmersa en plena Costa del Jurásico Asturiano.