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PEPÓN NIETO | Actor

"Cuando haya un ministro al que le interese la cultura, las cosas cambiarán"

"No hago chistes constantemente, soy bastante seco; cuando me conocen muchos dicen que me esperaban más divertido"

"Cuando haya un ministro al que le interese la cultura, las cosas cambiarán"

Pensar en Pepón Nieto (Marbella, 1967) es pensar en carcajadas. Y es el plan que propone a todos los ovetenses que vayan este fin de semana (viernes y sábado, 20 horas) al teatro Campoamor para ver "El eunuco". Una revisión del clásico de Terencio que se creó para el Festival de Teatro de Mérida y que, ante la buena acogida del público, lleva más de un año girando por todo el país. No es la primera parada del montaje en Asturias, hace pocas semanas estuvieron en Gijón; y por eso Nieto viene con la lección aprendida. "Tengo que controlarme con la fabada, los cachopos y los carbayones, porque luego no sé ni cómo llego al escenario".

-¿Qué tiene la obra para que llene a pesar de la crisis?

-Te hace olvidar los problemas y pensar en lo importante de la vida. Es un texto universal que habla de las cosas que nos pasan y que siempre nos han pasado.

-Como el amor, que todos los personajes persiguen...

-El amor nos hace libres y capaces de afrontar cualquier cosa. El texto llegó a Mérida con el pretexto de hacer una fiesta, y nos salió un fiestón. Todos buscamos algo así siempre, pero esto solo te pasa dos o tres veces en la vida. La gente sale del teatro con ganas de irse de copas y a bailar.

-¿Qué tal lleva lo de cantar?

-(Risas) Otros lo hacen mejor, pero no soy el peor. Somos actores, no el musical del Rey Léon, y la gente no viene a vernos cantar. Algunos sí podrían ser cantantes, pero el resto nos amparamos en los personajes.

-Cantan, bailan, hacen humor, drama... parece un espectáculo de variedades.

-Es una propuesta muy heterogénea, fiel al texto original, pero con giros muy divertidos. Es fundamentalmente una comedia, pero podía ser un boleril, un melodrama, hay ramalazos de comedia del arte... y ese mejunje engancha. Desde el primer plano la gente piensa: ¿Estos qué van a hacer aquí? Es como raro todo, pero funciona.

-¿La comedia es el estilo en el que se siente más cómodo?

-Empecé haciendo comedia, pero ahora estoy con papeles dramáticos en televisión. Mi personaje en "El eunuco" es un clown, si le pones la nariz podría ser un payaso. Me gusta la comedia, pero es muy difícil de hacer. Es agotadora, como hacer gimnasia. Hay que contar una historia, ser creíble y encima hacer reír. Pura matemática.

-Fuera del escenario, ¿es de los que cuenta chistes todo el rato?

-Para nada, soy bastante seco. Mucha gente me dice cuando me conoce: 'Te esperaba mucho más divertido'. Tengo días, como todos. Los humanos somos así.

-¿Qué debe tener una buena obra de teatro?

-Tiene que cumplir muchas funciones: ser vía de escape, contar cosas, hacerte pensar, y, si es una comedia, hacerte llegar los mensajes de una forma directa mediante la risa. Siempre lo he dicho, un cómico transmite más que cien pancartas.

-Por eso algunos políticos le temen.

-Se les invita siempre y no vienen. Si hicieran las cosas bien no tendrían que tener miedo.

-El 21 por ciento del IVA, ¿es la razón de la crisis del teatro?

-Son los gobernantes, cuando haya un ministro de Cultura al que de verdad le interese la cultura, las cosas cambiarán. El 21 por ciento se ha cargado muchos puestos de trabajo y empresas del sector; nos está ahogando.

-Participa en la nueva película de Álex de la Iglesia que se estrena en San Sebastián, ¿qué puede adelantar?

-No la he visto y tengo muchas ganas. Estamos muy nerviosos por ver resultado y aceptación, aunque a los cines no llegará hasta el 23 de octubre.

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