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La ciudad palmo a palmo

Pumarín se siente inseguro

Los vecinos exigen más presencia policial en la zona y un mayor número de equipamientos deportivos públicos

Pumarín se siente inseguro LUISMA MURIAS

Como cada tarde, María Olvido Rey se acerca al parque que hay dentro de la Facultad de Filosofía y Letras para sentarse en un banco a hacer calceta. A veces lo hace sola, otras acompañada por una mujer que quiere aprender a hacer unos calcetines para su nieto. María Olvido Rey está contenta con la situación de su barrio. "Lo veo bien, aunque es cierto que hay zonas un tanto inseguras", comenta esta vecina de Pumarín. "Es un barrio que está limpio, como el resto de la ciudad, pero hay gente muy descuidada que debería mirar más por su vecindario", asegura.

Como ella, son muchos los vecinos que se alegran de vivir en Pumarín, y lo consideran un barrio excelente para residir. Pedro Almendro es uno de ellos. "Me siento muy cómodo de vivir aquí", expresa, y asegura que "es un barrio muy tranquilo, pero debe haber un mayor control (policial) en algunas zonas".

Rufino González opina que el barrio está en "una buena situación", pero sí echa en falta algunas instalaciones en el vecindario. "Los vecinos necesitamos más servicios lúdicos en la zona", comenta. "Tenemos un buen centro de ancianos, pero se debería construir alguna instalación deportiva más. Me parece que el polideportivo de Pumarín es insuficiente para atender a todo el barrio", opina.

Este centro deportivo contaba con un aforo de cuatrocientas personas y recibe cada día una media de quinientos visitantes que practican las diversas actividades físicas que oferta el centro. Tras la última reforma realizada, en la que se han instalado dos gradas plegables nuevas y se ha sustituido la ya existente, también desmontable, la capacidad de aforo de la cancha ha aumentado a casi mil quinientas personas, que podrán asistir a las competiciones que allí se celebran.

Adrián García no vive en Pumarín, pero acude cada día ya que estudia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, situada en la calle Teniente Alfonso Martínez. Para Adrián García "es un plus que la institución cuente con una facultad en la zona, ya que influye a la zona atrayendo mucha gente, no solo estudiantes". "Mucha estudiantes alquilan pisos en los alrededores para estar cerca de la facultad", explica el joven. "En mi opinión, hay cosas del barrio que se pueden mejorar, como en materia de infraestructuras. También necesita más seguridad", añade.

¿Y por qué tanta inseguridad? Para algunos vecinos se debe a la presencia de pandillas de jóvenes conflictivos. Para otros, por la escasez de la presencia policial en las zonas más "calientes" del populoso barrio.

Carmen Asperilla vivió durante veinte años en el barrio de Pumarín, pero desde hace cuatro su nueva residencia se encuentra en el vecindario contiguo, Teatinos, aunque sigue paseando por su antigua zona. "Me gusta mucho como está ahora, he vivido cómo este barrio ha sufrido un cambio para mejor. Está muy bien tal y como está ahora", opina Asperilla mientras continua de paseo con su madre. "Tiene de todo, no tenemos ninguna queja", sentencia.

María del Mar Torío vive en La Tenderina, pero trabaja desde hace años en Pumarín. "No conozco el barrio entero, pero por el tiempo que paso en él, la gente con la que me relaciono en mi negocio y lo que veo de la que voy y vuelvo de trabajar, me parece que es un barrio que está muy bien, no creo que los vecinos tengan muchas quejas sobre la situación de su vecindario", sentencia Torío.

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