María Luisa Nieto llegó a casa de sus vacaciones de verano junto con su hija, que después de un largo viaje en coche, acudió rauda y veloz a satisfacer su sed de televisión. Cuando la madre pudo soltar las maletas y acompañar a la pequeña en el salón, se encontró con "una procesión de pulgas" subiendo por las piernas de su hija. "La casa estaba infestada", asegura Nieto.

Las pulgas suponen un importante problema para todo aquel que sea dueño de un perro o de un gato, especialmente en los meses de verano. Estos molestos insectos se sirven de las mascotas para alimentarse a base de sangre. Cuando están saciadas, saltan y anidan allá donde se encuentren. De esta manera, un simple paseo con el perro por un parque puede ser el contexto ideal para llevarse a casa uno de estos indeseados huéspedes.

Este verano, casos como el de María Luisa Nieto son una constante. "Hace unas semanas hicieron unas reformas en la fachada del edificio, y creo que le saltaron al gato por ahí", asegura la ovetense afectada, que llamó el pasado lunes a varias empresas especializadas en el control de plagas. "Tengo varios amigos a los que les ha tocado sufrir este problem,a; por lo que me han dicho en las empresas a las que he llamado, este año hay más casos de lo normal", subraya Nieto, quien se muestra sorprendida por la gran diferencia de precios entre unas empresas de desinfección y otras: "La primera compañía me quería cobrar 300 euros; acabé encontrando una que me lo hacía por 50".

"Tenía a mi perro desparasitado, le había comprado un collar para repeler a las pulgas y todo, pero terminé con una plaga en mi casa", relata Paula Cortés, otra de las afectadas por estos molestos parásitos. Una empresa especializada se hizo cargo del asunto, y 24 horas después el problema estaba resuelto. "De momento, no he vuelto a ver ninguna", señala Cortés.

Marcelino Díaz es el director técnico en una de estas empresas de control de plagas. Entre las razones para este ingente aumento en la cantidad de pulgas que se instalan en los hogares de la ciudad, apunta a la falta de lluvia de esta época del año, la crisis - "no todo el mundo puede permitirse pagar a un veterinario"-, y el descuido del césped en los jardines de la ciudad, como principales causas. "Un perro que lleva pulgas las va soltando por el parque. La lluvia ayuda a limpiar; al faltar ésta, es más fácil que se propaguen", explicó el técnico.

"El problema de las pulgas reside en lo que implica una picadura", explica Luis Ángel Palacios, director de otra de estas compañías: "Son vectores de enfermedades víricas muy problemáticas, entre ellas la hepatitis B". "Por muchos cuidados que se dé a las mascotas, nadie te quita que a tu perro limpio le salten un par de pulgas en un paseo por el parque", comenta Palacios.