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Las barracas de San Mateo amplían su horario tras la presión de los feriantes

Las 30 instalaciones que se ubicarán en la Losa abrirán hasta la una los fines de semana, pero bajarán la música para no molestar a los vecinos

Una de las barracas instaladas en la Losa en San Mateo de 2004. LNE

Las barracas de San Mateo, que volverán a ubicarse en la Losa cuatro años después, no cerrarán todos los días a las once de la noche, como en un principio había pensado la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF). El gobierno tripartito (Somos, PSOE e IU) permitirá que los fines de semana (y vísperas de festivo) los caballitos amplíen su horario hasta la una de la mañana, de manera que de los 11 días que duran las fiestas, cinco estarán funcionando hasta la madrugada. De lunes a jueves, se mantiene las once como hora tope.

Así consta en el pliego de condiciones elaborado por la SOF y que fue debatido durante estas últimas semanas entre responsables del gobierno municipal y las distintas asociaciones de feriantes. Los dueños de los caballitos presionaron para que las barracas abrieran hasta las tres de la mañana, pero los responsables políticos no cedieron y acordaron prolongar el horario hasta la una exclusivamente los fines de semana y vísperas de festivos. "Había peticiones de distintos colectivos para que se prolongara durante más tiempo, pero creemos que la una es un horario razonable y prudente para esos días", aseguró ayer el concejal Iván Álvarez (IU), que asumió las negociaciones estos días por la ausencia vacacional del edil de Cultura y presidente de la SOF, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", ya de vuelta. La idea del gobierno municipal consiste en tratar de compatibilizar la actividad de la feria con el descanso de los vecinos del barrio, porque muchos de los residentes se quejaron en su día de que "había ruido hasta las cinco de la madrugada".

A cambio de abrir más tiempo los fines de semana, los feriantes tendrán la obligación de reducir el volumen de la música a partir de las diez de la noche. Según consta en los pliegos, hasta esa hora se permitirán 55 decibelios, y a partir de esa hora el máximo será de 45. Además, los feriantes se comprometieron a bajar más la música e incluso a quitarla, "si es necesario", en el caso de que moleste en exceso a los residentes de las casas colindantes. La música será unificada, todas tendrán la misma, así que si hubiera que quitarla "no habría problema".

Las barracas se instalarán en dos tandas debido a varios compromisos deportivos que hay en la Losa, entre ellos el Rally Príncipe, cuya celebración "se respetará". Así, parte de los caballitos empezarán a montarse el miércoles 9 de septiembre, para estar listos para el inicio de las fiestas, el viernes 11, y otra parte (más pequeña) se montará durante ese fin de semana con el objetivo de que estén funcionando el lunes 14 de septiembre, tres días después del arranque festivo.

Las barracas se subastarán todas en su conjunto (para presentarse hay de plazo hasta el próximo lunes), de manera que los feriantes tendrán que ponerse de acuerdo para unificar su gestión. Habrá unos 30 puestos distribuidos en distintos espacios, siempre respetando los informes de seguridad que manejan los responsables. La entrada al hotel cercano y otros puntos se dejarán vacíos. La organización de los caballitos y su seguridad, no obstante, se llevará a junta de gobierno.

La última vez que los feriantes se instalaron en la Losa fue en el año 2010. Entonces, los vecinos se quejaron del ruido de las atracciones, que no les dejaban dormir -decían- hasta altas horas de la madrugada. En la siguiente edición de las fiestas, el Ayuntamiento prohibió la instalación de las atracciones en este espacio y propuso desperdigar a los feriantes por distintos puntos de la ciudad, entre ellos La Ería o La Corredoria. Sin embargo, los empresarios no aceptaron y, desde entonces, no volvió a haber barracas en el centro durante San Mateo, salvo algún caso puntual como el año en que se instalaron hinchables en el Campo San Francisco. El año pasado, el anterior gobierno propuso a los feriantes repartir por el municipio los caballitos, pero no se llegó a un acuerdo y Oviedo se quedó sin barracas.

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