"Es una ley absurda". Ana Cristina Tolivar, profesora del Conservatorio de Oviedo, y David Ruiz, catedrático jubilado de historia contemporánea de la Universidad, se manifestaron de este modo durante su visita de anoche al Cá Beleño para comprobar de primera mano cómo el mítico bar ovetense desafiaba la prohibición municipal de ofrecer música en vivo. El establecimiento de la calle Martínez Vigil fue el escenario de una más de sus tradicionales "jam session" de los jueves. A los instrumentos, Juanjo Marqués, Borja Vázquez, Alberto Ablanedo y Pepín de Muñalén. "En estas reuniones surgen ideas, han nacido grupos y son importantes para que los músicos hagan piña y la gente se conozca", subrayaron los músicos.
"No estamos desafiando a nadie porque, en todo caso, seguimos haciendo lo que venimos haciendo desde 1987. Simplemente hemos recibido una advertencia", indicó Franky Delgado, propietario del bar. No había gran ambiente en el Cá Beleño a las once de la noche de ayer. Pero sí se palpaba la preocupación y la pena por la orden de cese de la música en vivo decretada por el Ayuntamiento de Oviedo sobre la base de una legislación autonómica.
"Venimos aquí a poner en común nuestros descubrimientos musicales de la semana. Es una reunión de amigos en la que, a veces, nos encontramos con músicos extranjeros que pasan por Asturias, habían oído hablar de Cá Beleño y quieren conocerlo", señalaban los protagonistas de la sesión. Y agregaban: "Si se prohíbe nuestra actividad, no tenemos otro lugar donde reunirnos".
Un matrimonio alemán, una pareja de irlandeses... Muy variada es la clientela del Cá Beleño. Y mientras, en Facebook, un total de 2.023 "me gusta" a la petición de que el bar siga siendo lo que ha sido durante casi 30 años.
