"Vamos a ser los únicos en pagar los platos rotos de las últimas decisiones políticas. No pedimos ser funcionarios. Sólo queremos conservar nuestro puesto de trabajo y lo que reclamamos no es ninguna ilegalidad". Los 42 trabajadores del servicio de recaudación de tributos de la ciudad tuvieron ayer una mañana movida. A eso de las nueve y media, abordaron en la calle al Alcalde, Wenceslao López, para conocer de primera mano las declaraciones que poco antes habían leído en LA NUEVA ESPAÑA. López les corroboró lo que había dicho a este periódico: que su intención es remunicipalizar el cobro de tributos, medida que acarrearía el despido de la plantilla de la empresa que ahora lo presta, La Auxiliar de Recaudación. Horas más tarde, los mismos trabajadores dieron lectura, en la puerta de las dependencias en las que desarrollan su labor, a un breve manifiesto en el que subrayaron las palabras que abren estas líneas.

En un tercer frente, situado en el tiempo entre los dos episodios referidos, el PP reclamó al Alcalde (del PSOE) el "cese inmediato" del concejal de Economía, Rubén Rosón (de Somos), bajo el argumento de que "miente de manera constante a todos los ovetenses". Y más en concreto al crear "falsas esperanzas" a los trabajadores de la oficina auxiliar de recaudación. ¿Cómo? "Haciéndoles creer que estaban preocupados por su situación laboral, cuando todos sabíamos que su intención siempre ha sido poner en manos del Ente Público este servicio", en palabras del concejal Gerardo Antuña, portavoz adjunto del grupo popular en el Ayuntamiento de Oviedo.

Según los trabajadores afectados, en una reunión celebrada el pasado miércoles, Rosón "se comprometió a buscar el encaje legal" para que el Ente Público de Servicios Tributarios -dependiente del Principado, en el que recalarían las competencias recaudatorias del municipio- pudiera asumir a los operarios que actualmente ejecutan esta tarea. "Hoy [por ayer], el Alcalde, en prensa y de viva voz, niega las declaraciones del edil de empleo", leyó Ángel Fernández, quien ejerció como portavoz de sus compañeros de La Auxiliar de Recaudación.

"Nos sentimos desamparados, va pasando el tiempo y no vemos las soluciones prometidas", precisaba el manifiesto de los trabajadores. Acto seguido, y ya al margen del escrito, hicieron hincapié en que, incluso sobre la base de que se modifique la titularidad de la entidad recaudadora, puede haber espacio para ellos "si los responsables aplican un poco de creatividad". Ángel Fernández y sus compañeros dieron una pista: los trabajadores del Ente Público "son personal laboral, que no se diga que son funcionarios". Y enviaron un mensaje al tripartito (Somos, PSOE e IU) que gobierna la ciudad: "Si dicen que su objetivo es servir a los ciudadanos, deben saber que estas 42 familias también son ciudadanos".

Desde la trinchera puramente política, Gerardo Antuña se mostró duro con Rubén Rosón y con el conjunto del tripartito: "En el Ayuntamiento nadie toma una decisión que dure más de 12 horas", argumentó Antuña, quien apostilló que el actual servicio de recaudación "es eficiente" y "recauda al año casi siete millones de euros más que si lo gestionase el Ente dependiente del Principado".