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El HUCA acumula 7.000 pacientes pendientes de una operación

Sanidad trabaja en un plan de choque para 20.000 | Los hospitales de la región suman unos 3.000 enfermos más en lista de espera que hace tres años

Intervención quirúrgica en un hospital público asturiano. LNE

Unos 20.000 pacientes en lista de espera, con una demora media que rebasa los 70 días. El consejero de Sanidad, Francisco del Busto, anunció recientemente la puesta en marcha -"en breves días o semanas"- de un plan encaminado a reducir las esperas para operaciones, consultas y pruebas diagnósticas. El desafío se presenta complicado: están pendientes de una intervención quirúrgica unos 3.000 enfermos más que hace tres años, cuando el anterior consejero de Sanidad, Faustino Blanco, asumió el cargo. La espera media también es sensiblemente superior. Sólo el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) acumula más de 7.000 enfermos en espera de una operación.

En los tres últimos años han sucedido muchas cosas: una huelga de médicos de tres meses, el traslado de dos hospitales (uno de ellos, el HUCA, de gran envergadura), tres presupuestos muy ajustados, y una estrategia política muy controvertida, marcada por la total (o casi total) supresión de las horas extraordinarias. A todo lo cual hay que sumar el aumento de la demanda, inevitable en una comunidad autónoma con una tasa de envejecimiento muy elevada.

Conviene indicar que al término de la citada movilización de los médicos (último trimestre de 2012), la lista de espera tocó techo el 31 de enero de 2013 con 21.848 enfermos que aguardaban una intervención. En aquel momento, la espera media era de 88 días y se registraban 2.911 enfermos que soportaban demoras superiores a 180 días. Una vez cerrado, el conflicto de los facultativos siguió complicando de forma irremediable la gestión de las demoras quirúrgicas a lo largo del anterior mandato socialista. Dicho de otro modo: la herencia recibida por Francisco del Busto no es cómoda, pero su antecesor puede argüir que hubo de enfrentarse a una serie de circunstancias de notable complejidad.

¿Qué harán en esta nueva etapa Del Busto y su equipo? Sobre el papel, y dicho coloquialmente, caben dos posibilidades: lavar la ropa en casa o llevarla a una lavandería. O sea, aumentar la actividad quirúrgica de los profesionales de la sanidad pública o enviar un buen paquete de enfermos a los centros sanitarios concertados. Faustino Blanco y sus colaboradores mantuvieron en todo momento que los programas especiales para operar por las tardes generan efectos perversos en la sanidad pública y no resultan efectivos a la hora de recortar las demoras.

El nuevo consejero de Sanidad ha declarado -en privado y en público- que "no voy a tener ningún tabú en escuchar y analizar todas las propuestas, y en tomar decisiones". Por el momento, los responsables del Servicio de Salud del Principado (Sespa) están elaborando un estudio pormenorizado "sobre las cargas de trabajo completas de los hospitales y de los centros de salud, sobre las plantillas, sobre las jornadas...". Sobre esta base, indicó Francisco del Busto, "trabajaremos sobre los rendimientos en hospitales, consultas, plantas, salas de pruebas... Y a partir de ahí tendremos una foto fija que podrá permitirnos avanzar en las listas de espera", subrayó.

En los próximos días o semanas se conocerá la estrategia elegida por el nuevo equipo directivo de la Consejería de Sanidad para hacer frente a uno de los desafíos más relevantes de esta legislatura. Entonces se verá si Del Busto opta por una línea de gestión continuista o se aleja de los postulados de su antecesor. O si apuesta por una fórmula intermedia. Lo que resulta seguro es que ese plan de ataque a las listas de espera será analizado con lupa por todos los sectores implicados.

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