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La figura de la semana | frankie delgado | Propietario del Cá Beleño

Después de vieyu, gaiteru

Empresario, músico, emprendedor y creativo, vuelve a coger la bandera de la libertad cultural

Después de vieyu, gaiteru

Ni viejo ni gaitero. No llega a los 50 y su instrumento es el violín, pero a Frankie Delgado le ha tocado ponerse a la cabeza de la manifestación cuando parecía llegado el momento de disfrutar de el sosiego logrado tras muchos años en la batalla. Un papelín del Ayuntamiento de Oviedo impedía que sonara música en directo en el Ca Beleño, un papelín que decretaba el silencio administrativo, una ley mordaza que impedía cantar pero no reproducir canciones. Vamos, que si los músicos tuviesen un botón de play en vez de alma no pasaría nada. La deshumanización del arte.

Así que Frankie, que desde hace un cuarto de siglo convirtió su local en un escenario para la expresión musical, tiró de teléfono para reunir a músicos. Grupos grandes, pequeños, conocidos y principiantes, virtuosos y medio sordos de un oído, todos han encontrado su sitio en el Ca Beleño.

Todo empezó en la mar, en esa mar que sus padres cruzaron para buscarse la vida en Inglaterra, al Sur de Londres, donde nació Frankie, y en el camino de regreso que le llevó a Gijón, donde se crió también frente a la mar, en el barrio de Fomento.

Esos viajes marcaron su vida, lo mismo que la travesía de "Los 5 de Killarney". Delgado, Astur Paredes, Lisardo Lombardía, Fernando Largo y Juanjo Prado, se subieron en 1984 a un "4 latas" y se fueron a Irlanda con dos cajas de sidra que les sirvieron en la negociación para cruzar el canal de Bristol. Se presentaron allí como "celtas de las montañas" y descubrieron al mundo celta que existía un lugar llamado Asturias en el que también sonaban gaitas, arpas y zanfonas. Hicieron gala de asturianía, hasta el punto que dormían tapados con la bandera asturiana. El mismo Delgado recuerda que aquellos irlandeses debían pensar que los cuatro melenudos llegados desde Asturias pertenecían a algún tipo de secta.

La mar, los viajes y la música. Pero faltaba otra pata para conformar al Frankie Delgado de hoy, la hostelería. El Ca Beleño nació en 1987, era la casa de Beleño, grupo fundamental en la historia de la música, y no sólo asturiana. Querían un bar para tocar y así se creó el símbolo que hoy se defiende.

Frankie, un tipo sociable, divertido, con buen humor, bonachón, daba bien como hostelero, como se ha demostrado con el paso de las décadas.

Pero, claro, a una persona que se podría definir como aprendiz perpetuo, creativo y emprendedor, no le bastaba con que las cosas le fuesen bien y se embarcó en plena crisis económica en montar una fábrica de cerveza. De nuevo muchos viajes y mucho aprendizaje junto a Blanca, su esposa, hija del artista Francisco Fresno.

Con todo, no está muy clara su profesión actual ya que es empresario cervecero, hostelero, músico, promotor musical? y hasta un poco marinero cuando puede. Además de padre de Morgan, un pequeñajo que en julio cumplió dos años. La mar, la música y los viajes, la triada perfecta para abrir la mente, que no es otra cosa lo que pide Frankie y todos los que defienden la música en directo.

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