Tenía la llovizna de todo el día de ayer mucho de triste y melancólica y nada de emocionante, que eso lo llevó a Bueño Inês Villa-Lobos con su música, para celebrar la "Noche de Fado" de la localidad de Ribera de Arriba. Por culpa del agua, la sesión abandonó la plaza del pueblo y se trasladó al Centro Cultural, una decisión que los organizadores tomaron unas horas antes para evitar disgustos en el último momento.

El coqueto auditorio de las antiguas escuelas se convirtió por tanto en un escenario ideal para una tarde intensa. El fado castizo y tradicional de Inés Villa-Lobos se alternó con las poesías recitadas por Celso Peyroux (ambos Machados, Lorca, Manuel Hernández, Benedetti, Alberti...) , acompañadas estas por guitarras portuguesas. La diversidad musical fue un atractivo más, que el público supo valorar integrándose en el espectáculo y sintonizando con la emoción de los artistas. Peyroux conmemoraba ayer sus 50 años de recitales poéticos, desde su estreno en el salón del Liceo Anatole France de Burdeos.