Almudena Cueto estrenó cargo el viernes y estado civil ayer. La flamante directora del Instituto Asturiano de la Mujer se casó por la tarde con Alfredo Menéndez, su pareja desde hace años. El enlace civil tuvo lugar en el Ayuntamiento de Oviedo y el oficiante también estaba de estreno, porque la de ayer fue la primera pareja que casa el regidor, el socialista Wenceslao López. O el "señor de bigote", en gráfica y divertida definición del pequeño hijo de los recién casados.

De larga trayectoria política en el PSOE pese a su juventud, Cueto hizo sus primeras armas como portavoz municipal en el Ayuntamiento de Nava, su concejo natal, y ocupó el octavo lugar en la lista socialista de Oviedo que encabezó Wenceslao López el pasado mes de mayo. Ambos se conocen desde hace tiempo. Mantienen una excelente relación y durante la ceremonia de ayer quedó bien patente.

Reconoció el Alcalde su bisoñez como oficiante de bodas, pero no escondió su ilusión porque la primera fuera la de Almudena y Alfredo. "Quién nos iba a decir hace solo seis meses que íbamos a estar aquí ahora, en estas circunstancias", le dijo el regidor a la directora del Instituto de la Mujer. Luego, "regaló" a los contrayentes la lectura de un poema de Pablo Neruda y les felicitó por haber dado el paso de formalizar sus relación, ya que, a su juicio, es "importante" tanto socializarlas como compartirlas. "La familia es la célula básica del tejido social y la sociedad se hace con pequeñas células", subrayó López, que, según reconoció a los presentes, lleva 44 años casado.

Varios amigos de los novios tomaron la palabra para felicitar y glosar su relación con ellos. Alberto González, que abrió el turno de intervenciones, indicó que el de ayer fue un día "que muchos pensamos que jamás iba a llegar", tras una relación de cuatro años que comparó con un viaje. "Y los viajes son más especiales si se celebran con quienes nos han acompañado", indicó.

Maite González, amiga de Cueto, destacó su pasión por el debate sobre todo tipo de temas, pero muy especialmente de política y feminismo. Desveló que durante un nocturno debate callejero en Barcelona un vecino mostró su disconformidad con el elevado tono de la disputa arrojando un cubo de agua por la ventana. Wenceslao López rió con ganas la anécdota. Habrá más bodas. La de ayer fue la primera. Especial por ello y por los contrayentes, reconoció el regidor al final de la ceremonia.