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Juan y Lola, un gran equipo

En enero de 1982, el escritor gallego Gonzalo Torrente Ballester, antiguo falangista, y el poeta comunista Rafael Alberti se vieron por primera vez tras la Guerra Civil en Oviedo. "La última vez que te vi, en Madrid, llevabas del brazo a una de las mujeres más bellas que he conocido", le dijo Torrente a Alberti, en referencia a María Teresa León. El poeta sólo sonrió. Aquel día, el autor de "La saga fuga de J. B." debía presentar un poemario de Alberti, y Juan Benito Argüelles, artífice de aquel encuentro, estaba algo temeroso. Al final, Torrente Ballester le presentó como el mejor poeta vivo español. La anécdota sirve como ejemplo de lo que significó en aquellos esperanzadores ochenta Tribuna Ciudadana como lugar de encuentro, debate y conocimiento de las personalidades de entonces, sin distinción de ideologías, en una España que respiraba libertad.

Viajero -Alarcos solía decirle que por haber nacido en la Estación del Norte-, catedrático de Francés, secretario de Camilo José Cela, impulsor de la Alianza Francesa, organizador junto a José María Laso de las "Cenas del Fontán", antecedente de Tribuna, fundador del premio "Tigre Juan" y del Círculo Cultural de Valdediós, y socialista de corazón, Juan Benito se definía como "un hombre inquieto que ama mucho a su patria".

Pero su tarea cultural, sobre todo la que se inicia con Tribuna, no se explica sin su compañera, colaboradora y cómplice, Lola Lucio. Las ideas siempre necesitan logística. Formaron una pareja cálida y acogedora. Y querida.

Con Juan se va para siempre una época. La de Alarcos, Ángel González y Faustino F. Álvarez, amigos, protagonistas de tantas noches de literatura y whisky. "Otro tiempo vendrá distinto a éste", escribió el poeta.

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