Jorge Martínez protagoniza el concierto mateíno de esta noche en la carpa de La Ería. "Soldier", grupo ganador del Concurso de Rock "Ciudad de Oviedo", iniciará la sesión (20.00 horas, apertura de puertas). Tras aparcar un tiempo "Ilegales", Jorge Martínez inició otra aventura musical, de revival y buen gusto, con "Los Magníficos". Regresa con su grupo de siempre y las nuevas canciones del disco "La vida es fuego". En esta entrevista con LA NUEVA ESPAÑA evoca tiempos pasados, desvela algunos acontecimientos que ocurrirán en esta sesión y avanza detalles del futuro.

-¿Por qué el regreso de "Ilegales"?

-Ni siquiera los cálculos más optimistas presagiaban un regreso de "Ilegales" en plena forma tras cinco años en el cementerio. Una colección extensa de canciones netamente ilegales me convenció de que era una estupidez y un desperdicio no regresar con "Ilegales", reconozco que soy un poco cabezón, pero no un imbécil. Dejar un disco como "La vida es fuego" sin editar hubiese sido un atentado imperdonable que pesaría sobre mi (ya no muy limpia) conciencia.

-¿Qué público encontró el grupo, el de siempre, renovado, una mezcla de generaciones?

-El público de siempre ha estado insistiendo, desde el anuncio de la gira de despedida, en que no podíamos dejarlo, sobre todo en un momento en que estábamos posicionados en el punto más alto. A veces, en los bares nocturnos, ya con copas encima, la cosa se ponía realmente tensa y "Los Magníficos" siempre terminaban pagando el pato. Las nuevas generaciones siguen incorporándose al flujo "ilegal", a veces con cierta estupefacción, como si hubiesen realizado un gran descubrimiento, pero más frecuentemente de manera natural.

-¿Cómo ha recibido el seguidor "Ilegal" "La vida es fuego"?

-De una colección de unas veintitantas canciones elegimos las once más adecuadas para un reencuentro entre viejos amigos. Todos nos han mirado como diciendo: "Veis como teníais que grabar otro disco? Bien". No me gusta dar mi brazo a torcer y siempre aclaro que de haber existido estas canciones hace cinco años nunca nos hubiésemos retirado.

-¿El álbum surgió a raíz de la idea de volver al directo?

-No, al revés; la idea de hacer directos, con un montaje renovado y todo eso, surge a raíz del entusiasmo que provoca tocar un material nuevo tan electrizante. La vida no es digna de ser vivida sin cosas que te entusiasmen.

-En la web se dice que habrá un repaso por el nuevo disco, por éxitos y por temas oscuros que no se tocaron desde hace treinta años, ¿cuáles?

-Bueno, no quiero destripar el concierto, pero como soy algo bocazas te diré que "Para siempre" es una de las elegidas; llevo casi treinta años oyendo eso de ¿por qué no tocas "Para siempre"?... Pues bien, la tocaremos.

-Una vez hecha la despedida, revisada su historia con los CD de las ciento y pico canciones, probado con "Los Magníficos" y regresado, ¿"Ilegales" se quedará para grabar más discos, para seguir en la pomada?

-Hay, al menos, cinco canciones más grabadas y otras nueve listas para estarlo. No nos quedaremos sin editarlas. Tenemos la vitamina que el rock necesita en este momento y vamos a aplicarla generosamente.

-¿Tiene Jorge Martínez una etapa favorita de la historia del grupo?

-No puedo contestar con precisión porque ahora mismo, contra todo pronóstico, siento un gran momento ilegal. Me permito llevar guitarras de época, sin que importe lo caras que sean, y me siento realmente a tono, incluso con el matador repertorio que llevamos, tocado a toda velocidad. En todos los macrofestivales se nos percibe como la banda más fuerte del momento y ningún artista se lo toma a mal. Es como si dijeran "Ah, 'Ilegales' han venido para ocupar el sitio que siempre han descuidado, pero que nunca ha dejado de ser suyo". Este año, en los camerinos me ha sorprendido la cantidad de fans que tenemos entre los miembros de grupos, en los que jamás hubiese sospechado afinidad o influencia alguna.

-¿Y momentos fatales?

-En "Ilegales" somos especialistas en momentos fatales, el desgaste emocional producido por el cruel, pero lucrativo, sistema de gira constante casi nos mata desde finales de los ochenta hasta mediados de los noventa. Miré a los demás, me miré a mí mismo y descubrí que estábamos enfermos. Era como si todos los miembros de la banda estuviesen muriendo, sólo la música crecía hasta devorarnos. Me dije: "Tengo que sabotear el grupo" y me puse manos a la obra. Dejé que se hundiese.

-¿Algún disco que cuente con un aprecio especial?

-Sí, "El corazón es un animal extraño" contiene las mejores canciones que jamás he escrito. Es un disco saboteado por la compañía discográfica desde la portada hasta la promoción, pasando por el sonido. Una pena que, a veces, amarga mis noches.

-Una canción, la canción, de "Ilegales"...

-Hay una canción "Ilegal" para cada momento, por fuerza tiene que ser así, porque soy un tipo nervioso que cambia de postura y estado de ánimo con frecuencia. Si un día encuentro la canción que dé respuesta a todas las inquietudes humanas, la repetiré como un mantra y habré alcanzado el nirvana.

-¿Es el directo parte esencial de la historia del grupo?

-No hay nada comparable a conectar una guitarra eléctrica a un potente equipo de sonido y sentir el ritmo de Jaime Belaustegui (batería) apoyándote, con Alejandro Blanco haciendo temblar todo con los graves del bajo. Además, ahora llevamos a Mike Vergara incendiando un poco más la cosa con los teclados y la guitarra. En esos momentos me siento enfermo, me siento grande, y es el tiempo de todos mis yos.

-¿Qué hay en el rock actual que llame la atención de Jorge Martínez?

-En Asturias, el rock pasa por "UHP", "Mota Blues", "Los Trípodes", "Texuo"? los tenemos cerca, no nos los perdamos.

-¿Y si pregunto por eso del IVA cultural?

-El IVA cultural es uno de los disparates necesarios para empobrecer intelectualmente España. Minar la cultura siempre hará más fácil todo saqueo y hasta el más ingenuo sabe ya hasta qué punto estamos administrados por ladrones de la peor especie.