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El folk vence a los elementos

"Nuberu", Hevia y "Wolfstone" encandilan en la Catedral a pesar de la lluvia

Hevia y Chus Pedro, en un momento de la noche folk de la plaza de la Catedral JULIÁN RUS.

Pasaban diez minutos de la hora prevista cuando la voz de Chus Pedro se alzó entonando la primera estrofa de "Santa Bárbara bendita". "Nuberu", el grupo, daba comienzo al concierto y Nuberu, el mitológico, tampoco quiso faltar a la cita. La lluvia había estado presente en Oviedo durante toda la jornada lo que hacía pensar que la noche se saldaría con poca afluencia de público, pero la plaza de la Catedral acogió a centenares de espectadores que pudieron disfrutar de más de tres horas de la mejor música folk.

"Nuberu", con casi 40 años de conciertos a sus espaldas, no defraudaron a los asistentes haciendo un repaso a sus canciones más emblemáticas. Sobre el escenario, además de Chus Pedro y Manolo Peñayos, se encontraban los veteranos músicos y maestros Pedro Pangua, Nacho Alonso, Julio Sánchez Andrade, Gabino Antuña y Alberto García.

Volvió a oírse, una vez más, el más puro sonido "Nuberu" al que se fueron uniendo las voces de los asistentes. Dedicatorias, recuerdos y reivindicaciones se sucedieron a lo largo del concierto. Con "Delina" Chus Pedro empezó teniendo un recuerdo para su madre y la madre Asturias, tierra de jubilados y emigrantes; hizo referencia al poeta Manuel Asur para arrancarse con el tema "Compañeru, dame tira". Continuó con "So vaqueiru", con el que quiso reconocer la presencia de "una llingua que no existe oficialmente". El "Chalaneru" llegaba en esta ocasión acompañado por el violín de "Duncan Chilsholm" y la gaita de José Ángel Hevia. Este último permaneció en el escenario para acompañar al grupo en el tema "El cantar de regresu".

Se notaba una química especial entre el grupo y el público al entonar "Verdiciu", "Si quies que te cortexe"o "Santa Bárbara bendita". "Tengo de rondar to valle" y "Dios te llibre de Castiella" cerraban un concierto que ponía de manifiesto que el grupo sigue en plena forma. Aún quedaría tiempo para "Aida de la Fuente".

Llegó el turno de Hevia. En esta ocasión nuestro gaitero más internacional contó con la compañía de un cuarteto de músicos de lujo. A las percusiones de Maria José Hevia se sumaron en esta ocasión los teclados de Roberto Jonata, la batería de Iulio Zanuso y el bajo de Michele Lavarda. Quiso Chus Pedro devolverle la colaboración a Hevia interpretando conjuntamente "Carretera de Avilés". Tampoco faltó en esta noche tan especial el músico y compositor Ramón Prada que acompañó al grupo en el tema "El Torques de plata", una versión con aires renovados inspirada en la obra que el mismo Prada había compuesto para Orquesta Sinfónica y que había sido estrenada en el Festival Intercéltico de Lorient.

En este concierto, Hevia puso de manifiesto sus grandes dotes de gaitero haciendo protagonista a la gaita tradicional asturiana que se intercalaba con la Midi y la flauta travesera.

Como el propio José Ángel reconocía, "quedó un concierto muy del oriente" con versiones de temas de la música tradicional asturiana tan conocidos como "Pericote", "Naves" o la versión íntima y delicada de la "Danza de San Xuan de Nueva". Pero también sonaron "La musa de Sanse" o "Los mártires de Rales". Posteriormente, María José Hevia demostró su destreza con el tambor tradicional asturiano. El "Busindre reel" fue el tema elegido para despedirse.

Ya entrada la noche llegó el momento de que "Wolfstone" saludase al público oventese. Veintitrés años hacía que este grupo no visitaba la ciudad. Se presentó en esta ocasión con una formación renovada encabezada por el violinista Duncan Chilsholm que acompañaban Stuart Eaglesham, Stevie Saint, Davie Dunsmuir, Alyn Cosker y Colin Cunnigham. Era una noche de repasos por lo que los escoceses hicieron un recorrido por los temas más conocidos de la trayectoria del grupo. Los acordes de "Crowfeathers" o " Balivanich" sirvieron para elevar el ánimo de los asistentes. El momento más ovacionado llegó tras "These are the days" cuando el líder de la banda sacó un cartel reivindicando la legalidad de la música en directo. "Back of Beyond" y "Tinny run" precedieron al tema más emblemático de este conjunto, "Gillies", con el que "Wolfstone" pretendía despedirse del público.

No fue posible ya que la insistencia de los espectadores les hizo volver al escenario para despedirse, ahora sí, con un rock and roll y la repetición de "Balivanich".

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