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Letronas y letrinas

"Oviedo San Mateo" significa que la fiesta empieza por el "selfie" en el cartelón y acaba con fluidos en un mingitorio parecido a un exprimidor

Letronas y letrinas

San Mateo le ha dado a Oviedo letronas como las de Amsterdam y Gijón. "I amsterdam" comenzó como una estrategia de marketing y se convirtió en territorio selfie frente a la visitadísima Museumplein, antesala de los Rembrandt del Rijksmuseum y de los Van Gogh del museo del loco del pelo rojo. Oviedo no anuncia más que San Mateo. Ni "Soy Amsterdam" ni "Das Neue Berlin" (El nuevo Berlín); ni "Edimburgo: Capital de Inspiración" ni "Totally London" (Totalmente Londres).

"Oviedo San Mateo" significa que la fiesta empieza por el "selfie" en las letronas y acaba en el fluido de las letrinas. Las letronas son nuevas, las letrinas, no. Cuesta acostumbrarse a su presencia aunque, al amparo de la oscuridad, alivien al urgido. A mí me hundieron: tenía un exprimidor con una forma parecida a esos mingitorios y lo tiré porque me daba asco ver caer el zumo.

Las letronas pueden dar algún sentido a la plaza del Carbayón, una plaza desplazada porque una vía la vivisecciona. En un lado está el SESPA, que gestiona los servicios sanitarios (del Principado, no las letrinas mateínas) y en el otro, el lateral del teatro Campoamor, que sirve de aparcamiento para unidades móviles de televisión y de policía. La plaza del Carbayón tiene un carbayín que recuerda al árbol patrón y eso ya debería dar para un selfie. Pero no hay modo. El arbolín es un fracaso como símbolo y la plaza es un fracaso como plaza.

Por una vez, las letronas no son de género pero las letrinas son sexistas. No verás una mujer orinando en ellas, sólo hombres sufriendo la paradoja de unos mingitorios que alivian y apuran al tiempo porque no están suficientemente retirados para ser retrete y ponen en una posición que te retrata, sobre todo a la distancia del palo de "selfie".

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