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El ingeniero y jinete que preveía invertir 13,3 millones en Avilés

Alexander Ermakov desembarcó en Avilés en el año 2008 con una patente de la Armada soviética que serviría para fabricar máquinas que extraen agua potable de la humedad del aire. Este ingeniero ruso, formado en Estados Unidos -según sus perfiles públicos- inauguró las oficinas de su empresa, Ray Agua, en la avenida Conde de Guadalhorce, con bombo y platillo. Acudieron la por aquel entonces alcaldesa de Avilés, Pilar Varela (hoy consejera de Servicios Sociales) y el presidente de la Cámara de Avilés, Francisco Menéndez. Ermakov, en declaraciones a los medios de comunicación, manifestó que preveía invertir 13,3 millones de euros en Avilés con capital español, ruso y estadounidense. Su plan pasaba por habilitar una nave en el polígono empresarial de la ría y crear sesenta puestos de trabajo. De aquel proyecto no queda hoy nada, ni una gota de agua.

Pero Alexander Ermakov, el promotor de la vivienda ilegal en el Naranco sobre la que pesa una orden de demolición, no solo es conocido en Asturias por sus relaciones empresariales, sino también por sus logros deportivos en la hípica. Ermakov tenía en el centro ecuestre de El Forcón su segunda casa. Se impuso en varios torneos de saltos con su caballo "Sir Jhon G". Fue precisamente en El Forcón donde el jinete ruso conoció a la que sería su mujer y madre de sus tres hijos, Beatriz Fernández. Nacida en Sevilla, pero con raíces asturianas por parte de madre, la joven conoció a Alexander Ermakov durante unas vacaciones de verano en Asturias. Enseguida se casaron y nunca regresó a Sevilla.

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