La estatua de "Rufo", el perro callejero de Oviedo, se ha inaugurado hoy en la confluencia de las calles Uría y Doctor Casal. El día de su inauguración, que coincide con el de su muerte en 1997, fue acordado entre el Ayuntamiento y los impulsores de la estatua a principios del mes pasado, como adelantó este periódico. Al acto acudieron Roberto Sánchez Ramos e Iván Álvarez, concejales de IU; Manuel Calvo, el impulsor de la iniciativa, y la escultora Sara Iglesias.

La idea de levantar una escultura para "Rufo" partió de la página "T Oviedo" en una red social y coincidió en el tiempo con otra promovida por uno de sus impulsores, Alejandro Labrador, quien, con la ayuda del Partido Animalista, logró una gran difusión de la propuesta, que al poco se hizo viral. El perro "Rufo" apareció en Oviedo a finales de los ochenta, cuando era casi un cachorro. Los ovetenses se encargaron de cuidarlo y alimentarlo durante algo más de una década, hasta que enfermó y fue trasladado al albergue municipal.

Cuentan quienes le conocieron que le gustaba la gente y siempre buscaba estar rodeado de una multitud. Por eso, "Rufo" ha sido protagonista de numerosas fotografías históricas de la ciudad, en distintos actos como las manifestaciones o en el fútbol. El perro, un cruce de mastín, falleció en 1997 el día de San Mateo.