El arzobispo de Oviedo aprovechó ayer su homilía de la misa de San Mateo para zambullirse en algunos asuntos de actualidad de alto voltaje. Elogió a los concejales ovetenses que acudieron al oficio religioso. Criticó a los ediles ausentes, pese a que habían sido invitados. Reclamó una gestión municipal "sin exclusiones ni atropellos" y despojadas de "demagogias populistas que terminan imponiendo ideologías". Salió en defensa de los 42 trabajadores del servicio de recaudación que pueden quedarse sin trabajo. Evocó el "drama de los refugiados". Y, como colofón, denominó "grupete pequeño" a los historiadores que a principios de este mes concluyeron que son falsos tanto el Santo Sudario como las restantes reliquias custodiadas en la Cámara Santa de la Catedral. Todo ello en un templo casi repleto, en un discurso que ocupaba dos folios y medio, y en una misa que en el lapso de 70 minutos estaba zanjada (incluyendo la veneración del paño que, según la tradición, cubrió el rostro de Cristo mientras permaneció en el sepulcro).

Si en la misa del año pasado Jesús Sanz Montes había censurado al PP por dejarse llevar por la "conveniencia de encuestas" más que por el derecho a la vida, el arzobispo apostó en esta ocasión por centrarse en la actualidad regional y mundial de las últimas semanas.

Eso sí, combinó los reproches con los elogios a las autoridades municipales "que vienen a título personal y también representando al pueblo al que como munícipes representan". ¿De quiénes hablaba el arzobispo? Del grupo del Partido Popular en pleno (con el ex Alcalde Agustín Iglesias Caunedo a la cabeza); del portavoz de Ciudadanos, Luis Pacho; y de la portavoz de Izquierda Unida, Cristina Pontón, quien repitió presencia (ya había asistido a principios de agosto a la misa de San Salvador), la inscribió en la normalidad de su vida personal y familiar y, en esta ocasión, declinó ocupar los asientos reservados para la corporación.

Faltaron a la cita el resto de ediles de IU, y también los de Somos y el PSOE, incluido el Alcalde, Wenceslao López. "No queremos celebrar las fiestas de San Mateo prescindiendo de San Mateo", subrayó el arzobispo, quien agregó que "toda la corporación fue invitada", si bien admitió que "nunca la corporación en pleno ha participado".

Con una alusión al cierre de la novena de Perdonanza (en la que la Iglesia otorga indulgencia plenaria a los fieles que cumplan una serie de requisitos), Sanz Montes trajo a colación unas consideraciones del Papa Francisco sobre la misericordia y el perdón. Asimismo, manifestó su solidaridad con los refugiados que se ven obligados a "abandonar su tierra, sus casas, su libertad". E hizo énfasis en "los cristianos que nos podrán llegar: ésos que han salido vivos de las degollaciones sistemáticas o de las bombas en sus iglesias y capillas, por el único delito de ser allí cristianos".

El evangelio de la misa del día relata, como es natural, la vocación de Mateo: su encuentro con Jesús y la llamada de éste: "Sígueme". El pasaje fue leído por Benito Gallego, deán de la Catedral, quien reaparecía de forma pública después de la afección cardiaca sufrida el mes pasado.

El arzobispo aprovechó el oficio de san Mateo -recaudador de impuestos- para salir en defensa de los 42 trabajadores de la empresa privada La Auxiliar de Recaudación, cuyos puestos de trabajo están amenazados por la decisión del equipo de gobierno municipal de que el cobro de tributos sea asumido por la Administración regional. "A san Mateo le encomiendo a otros recaudadores de impuestos que se han quedado sin trabajo", indicó.

Particularmente combativo se mostró el máximo responsable de la Iglesia asturiana en su defensa de las reliquias que custodia la Catedral ovetense. En alusión al congreso de historiadores celebrado a principios de este mes -bajo la dirección del sacerdote y catedrático jubilado de historia medieval, Javier Fernández Conde- señaló: "Es fácil reunir un grupete pequeño de gente que se ponga de acuerdo para denostar lo que no sólo la piedad de siglos sino también la ciencia de estos días mantiene". Y agregó el arzobispo: "Serán los historiadores, bioquímicos, médicos forenses, letrados y biblistas que con rigor histórico, forense, jurídico y bíblico están llevando a cabo desde hace más de 25 años un estudio serio sobre el lienzo del Santo Sudario que aquí custodiamos, los que respondan en su momento". Sanz Montes explicitó que estaba refiriéndose a los miembros del Centro Español de Sindonología.

Entre los concelebrantes de la misa, figuraban el obispo auxiliar, Juan Antonio Menéndez, y el abad de Covadonga, Juan José Tuñón. En el exterior, la gente hacía cola ante la reja de la capilla de la Balesquida y el ex concejal José Amado Mallada distribuía bollos preñaos en el chiringuito La Guinda.