El hostelero asturiano Sergio Guerrero, uno de los fundadores de la exitosa franquicia de bares de bajo coste Copas Rotas, se reencontró ayer con sus orígenes en el programa de La Sexta "El jefe infiltrado". Guerrero se hizo pasar por el participante de un falso concurso de televisión para introducirse en el local de su franquicia situado en la Plaza del Ayuntamiento con el fin de poner a prueba a su encargado, Álex, quien lo acabó echando.

Nada más entrar, Guerrero se llevó una muy mala impresión del encargado, cuyas dilataciones en las orejas contravenían la norma de imagen de la empresa. El jefe infiltrado fingió ser un camarero despistado y desafiante hasta que provocó que, tras varias advertencias, Álex lo expulsara del negocio.

La profesionalidad demostrada por el encargado llevó a Guerrero a romper delante de Álex la página del manual relacionada con la imagen de los empleados. Además, decidió premiarlo con un viaje de una semana a Brooklyn, cuna del breakdance, baile al que es aficionado el camarero.