Las palabras del Arzobispo durante la misa de San Mateo, en la que llamó "grupete" a los historiadores que niegan la autenticidad del Santo Sudario y de las reliquias custodiadas en la Cámara Santa, han hecho mella en los aludidos, entre ellos, el catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Oviedo y sacerdote, Javier Fernández Conde, que asegura estar "apenado" por el discurso de Jesús Sanz Montes, "pero no por mí, sino por él".

El experto en Historia Medieval no pone en duda "el enorme valor" del paño guardado en la Catedral "porque es un símbolo", pero pide respeto por el trabajo propio y de sus colegas -"que no formamos ningún grupete"- al estar avalado por rigurosos criterios históricos y científicos "como los del carbono 14, que datan la tela en el siglo VIII". De hecho, Fernández Conde aprovecha para anunciar la próxima publicación de las conclusiones sobre las reliquias "en un grueso volumen", y se pregunta dónde están editadas las afirmaciones de la Iglesia. "Desde luego, no las publica en revistas de divulgación científica", comenta el historiador, que a la vez confiesa ir a menudo a Santiago de Compostela "con devoción" aunque esté seguro de que las reliquias que allí hay no son auténticas.

El resto de personas que indirectamente protagonizaron la homilía del Arzobispo ha optado por no dar importancia a sus palabras. Es decir, los miembros de la corporación municipal que no acudieron a la misa mateína y a los que Sanz Montes afeó la conducta. El Alcalde ha preferido mantenerse al margen y no entrar en polémicas, al igual que la vicealcaldesa Ana Taboada.

La que sí ha contestado a Sanz Montes es Cristina Pontón, edil de IU, y la única concejal -junto a Luis Pacho, de Ciudadanos- ajena al partido Popular que acudió a la tradicional misa. "Las homilías se dan en las iglesias y los mítines en la plazas", dice Pontón, que reclama al Arzobispo que "también se acuerde de todos los trabajadores de Oviedo que atraviesan por una mala situación o que han perdido su trabajo, como los de Trubia, y no sólo haga referencia a los de Recaudación".

El arzobispo aprovechó el oficio del lunes para salir en defensa de los 42 trabajadores de la empresa privada La Auxiliar de Recaudación, cuyos puestos de trabajo están amenazados por la decisión del equipo de gobierno municipal de que el cobro de tributos sea asumido por la Administración regional. "A san Mateo le encomiendo a otros recaudadores de impuestos que se han quedado sin trabajo", indicó.