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El nuevo HUCA atiende unas 500 urgencias más al mes por las listas de espera

Cuatro horas y doce minutos, el tiempo de atención al paciente en emergencias

Zona de espera del área de urgencias del HUCA. LNE

El volumen de pacientes atendidos en el servicio de urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha aumentado en unos 500 mensuales en el último año, es decir, desde la entrada en servicio del recinto sanitario de La Cadellada. Este incremento de la demanda, al que inicialmente se atribuía un efecto pasajero, se ha consolidado. Si no surgen cambios, el complejo sanitario ovetense rozará este año las 100.000 urgencias, cifra que no incluye la atención a niños y embarazadas, que cuentan con un dispositivo asistencial específico.

A la hora de analizar las causas del incremento de las urgencias hospitalarias, los conocedores del sistema sanitario coinciden en citar dos factores preponderantes: las elevadas listas de espera y las limitaciones de la red de atención primaria. Una tercera causa es apuntada por el responsable de urgencias del HUCA, Luis Antuña: "El atractivo que las instalaciones del nuevo Hospital ejerce sobre los usuarios".

"Lo habitual en los últimos tiempos del viejo HUCA era que tuviéramos cerca de 8.000 pacientes al mes", señala el doctor Antuña. El registro anual se situó en unos 94.000 al cierre de 2014. En el momento actual, la afluencia de enfermos ha crecido hasta frisar el entorno de los 8.500 mensuales, lo que situará el total anual en el mencionado entorno de los 100.000.

El servicio de urgencias del HUCA sufrió una tremenda presión en las primeras semanas de funcionamiento del edificio de La Cadellada. Las esperas de los pacientes eran muy prolongadas (hasta diez horas e incluso más), debido especialmente a las dificultades derivadas del manejo del Millennium, el nuevo sistema informático. Según el doctor Antuña, aquel panorama cotidiano de esperas interminables se ha acabado. En el momento actual, "la permanencia media es de 252 minutos", o sea cuatro horas y doce minutos. "El 51 por ciento de los pacientes están menos de cuatro horas", agrega.

Que el aumento de las listas de espera guarda una estrecha relación con la presión de los servicios de urgencias constituye un axioma elemental en la teoría de la gestión sanitaria. La clave estriba en que los enfermos que ven pospuestas sus consultas, pruebas diagnósticas o intervenciones quirúrgicas se ven abocados, ante episodios de agudización de sus patologías, a acudir al hospital para obtener un alivio a sus males y, en algunos casos, para "forzar" que se les realicen algunas de las pruebas que tienen pendientes.

También es perfectamente conocido que las limitaciones de la red de centros de salud -ya sean debidas a la escasez de personal o a la falta de resolución por razones tecnológicas- redunda en una mayor afluencia de usuarios a las urgencias de los hospitales, donde buscan remedios a sus problemas de salud más inmediatos. Cabría pensar que este mayor recurso a los servicios de urgencias por parte de pacientes con afecciones apreciables podría traducirse en un incremento de la tasa de hospitalizaciones. Pues no. Luis Antuña señala que la tasa de ingresos se mantiene esencialmente "estable". En concreto, en el momento actual son ingresados el 16,3 por ciento de los usuarios que acuden a las urgencias del HUCA.

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