No es usual, al menos por estos lares, que se organice un congreso de bomberos jubilados, o de encofradores jubilados. Sin embargo, Oviedo acoge ayer y hoy el VI Congreso Nacional de Médicos Jubilados, una cita a la que han acudido unos 120 facultativos de toda España y en el que está prevista la intervención, hoy, de Juan José Rodríguez Sendín, presidente del Consejo General de Colegios de Médicos de España, y de Francisco del Busto, consejero de Sanidad del Principado.

"La diferencia está en que el médico sigue siendo médico aunque esté jubilado y ya no ejerza su profesión, mientras que el bombero puede dejar de serlo una vez que se retira", explica Ángel Oso Cantero, representante nacional de la sección de médicos jubilados. Acto seguido, surge la inevitable controversia sobre la norma que obliga a los facultativos de la sanidad pública a jubilarse a los 65 años, medida muy contestada por buena parte del colectivo y que en Asturias se aplica desde finales de 2009.

Alejandro Braña, presidente del Colegio de Médicos de Asturias, estima que pueden cifrarse en un 25 o en un 30 por ciento los facultativos dedicados en exclusiva a la sanidad pública que, una vez que son jubilados de forma obligatoria a los 65 años, "reconvierten su actividad hacia la sanidad privada". Entre tanto, los que compaginaban ambos ejercicios continúan mayoritariamente con el ejercicio privado. En aras del rigor, puntualiza el doctor Braña, conviene puntualizar que las mujeres son mucho menos proclives a llevar su actividad médica más allá de los 65 años.

"Me llena de estupor oír que dentro de no sé cuántos años no vamos a tener dinero para las pensiones y que, al lado, mucha gente llega a los 65 años en muy buenas condiciones físicas y desea seguir trabajando, y sin embargo se le ponen multitud de barreras", subraya Enrique Portilla, representante de Asturias de la vocalía de médicos jubilados. Ángel Oso apuesta por dar un mayor protagonismo a la validación periódica a la que se someten los médicos, encaminada a evaluar sus capacidades para el ejercicio de la profesión. Y Alejandro Braña sostiene que no se está aplicando de forma coherente la teoría según la cual se ha acelerado la jubilación de médicos con el objetivo de propiciar el ingreso en el Sistema Nacional de Salud de facultativos jóvenes. "El argumento del relevo generacional es razonable y todos los apoyamos, pero la realidad es que la mayor parte de las plazas que quedan vacantes por las jubilaciones no se cubren. Con lo cual, algo falla en este circuito". Y añade el presidente de los médicos asturianos: "El problema es que puede crearse un salto generacional. Y eso debería ser vigilado desde las administraciones públicas".