La magistrada María Elena González, titular del Juzgado de lo penal número 2 de Oviedo, ha dictado sentencia absolutoria respecto a L. M. V. Á., un camionero acusado de causar graves lesiones a una anciana de 94 años (perdió el brazo izquierdo) al arrollarla en la confluencia de las calles Matemático Pedrayes y Cervantes, en junio de 2013. La juez considera que el atropello se debió a la "falta de diligencia" de la mujer, que cruzó la carretera muy pegada al vehículo pesado, imposibilitando que el conductor se percatase de su presencia.

La sentencia da la razón al letrado de la defensa, Enrique Liborio Rodríguez Paredes, quien sostuvo en el juicio que el camionero ni vio ni pudo ver a la mujer, y que el atropello se debió a la imprudencia de la mujer, quien no acudió a la vista celebrada la semana pasada. La Fiscalía mantuvo no obstante en el juicio su petición de un año de prisión, aunque en atención a las circunstancias del accidente había solicitado alternativamente que se condenase al conductor por una falta de lesiones.

Clave en este juicio fue la declaración de un testigo ocular de los hechos, un agente del Cuerpo Nacional de Policía. El funcionario se encontraba a bordo de un furgón policial a poca distancia de los hechos. En el juicio indicó que vio cómo la mujer, "en uno o dos segundos", cruzó la calzada "pegada" al camión. Cuando la señora casi había sobrepasado el vehículo, éste la empujó ligeramente con una de sus esquinas, con tan mala fortuna que la anciana cayó al suelo y quedó con el brazo izquierdo extendido, sobre el que pasaron las ruedas.

La Policía Local atribuyó el accidente al hecho de que la mujer hubiese cruzado la calzada por un lugar inapropiado, teniendo en cuenta que había un paso de peatones a cinco metros de distancia. Un perito de la defensa ratificó en el juicio un informe en el que se señalaba que, dada la altura de la cabina del vehículo, el conductor no había podido percatarse de la presencia de la mujer.

"Se estima que el accidente se produjo única y exclusivamente por falta de diligencia de la peatón que resultó atropellada", señala la sentencia. La magistrada indica que la mujer debió cruzar por detrás del vehículo pesado, y no por delante, pegada al morro, lo que impidió "que el conductor pudiera percatarse de su presencia, totalmente imprevisible", máxime cuando estaba pendiente del tráfico de la calle Cervantes. Añade la juez que, en el conductor no cabe apreciar la mínima imprudencia.