Año 2004. Un almacén de Pordenone, una ciudad situada al norte de Italia, cercana a los Alpes y a la frontera con Austria. Durante un registro aparecen unas cajas abandonadas llenas de bobinas de cine que contienen escenas defectuosas o descartadas de películas de Orson Welles. Y una sorpresa. Varios rollos que incluyen escenas de lo que parece ser la primera película del director estadounidense. Un título que sonaba entre los "orsonwellianos" como una pieza única jamás encontrada y que hasta el propio Welles pensaba que había sido destruida en Madrid.
Este registro supuso el nacimiento real de "Too much Johnson", la película muda rodada por el director, guionista y actor en 1938. Los rollos fueron completamente restaurados gracias a un minucioso trabajo que se extendió durante varios años en Estados Unidos y Holanda . El resultado fue una copia de excelente calidad de la ópera prima de Welles, puesto que hasta ese momento ocupaba la aclamada "Ciudadano Kane". Al ver la versión final, el canal especializado en cine TCM compró los derechos para emitirla en televisión; y es ahí donde entra en escena Fernando Martínez de la Serna (Madrid, 1974), el músico y multi-instrumentista que está detrás del proyecto Remate. Y así se le conoce.
"El canal contactó conmigo el año pasado contándome que tenían los derechos de la cinta y que habían pensado en mí para componer la banda sonora. No querían estrenarla sin más, programándola en su formato mudo original, ni querían una música recurrente o retro. Buscaban reflejar ese viaje en el tiempo que había vivido la película, y pensaron en mí para ello", cuenta a LA NUEVA ESPAÑA. Así, el artista se encargó de la composición y la grabación de toda la música que acompaña a las imágenes y de su interpretación en directo, porque así es como lo imaginó Welles y así es como Remate lo ha hecho. El sábado, el público podrá ver este espectáculo completo en el Auditorio Príncipe Felipe, en el marco de la Noche Blanca. Un pase que supone el estreno absoluto en la región de "Too much Johnson" después de su paso por Italia, la Cineteca de Madrid y el Festival de Cine de Málaga. Y que, además, supondrá el cierre de este ciclo de presentaciones, que coinciden con el centenario del nacimiento del director estadounidense. De manera gratuita, y con un aforo limitado a 404 personas, se proyectarán las imágenes en la sala de cámara a la vez que Remate y sus músicos interpretan la banda sonora original en directo. "Por declaraciones de la familia de Welles, sabemos que él había pensado en un proyecto parecido al que estamos haciendo. Era tan arriesgado y tan adelantado, que concibió una película que no iba a ser el único objeto del espectáculo. Lo que va a ocurrir el sábado en Oviedo, Orson Welles lo tenía en la cabeza en 1938".
Remate se declara cinéfilo, por eso, aunque había trabajado en pequeños proyectos relacionados con cine, cuando le llegó este caramelo, "me sentí abrumado. Es un hombre muy grande y no estás acostumbrado a tener ese altavoz que supone hacer algo relacionado con un nombre así. Pero al final me lo tomé como otro trabajo más, y actué con tranquilidad y naturalidad". Tras ver por primera vez la película, arrancó su proceso de composición. "El primer visionado fue por placer, disfrutando cada una de las escenas. Y sentí un chispazo, una intuición que relacionó lo que estaba viendo con el paso del tiempo. No veía la película en 1938, lo hacía en 2014. Había un lenguaje y una trama que no podía ver con ojos de otra época, y por eso la película se convirtió en ciencia ficción para mí". La segunda vez que vio la cinta, Remate consiguió encajar el puzzle que tenía en su cabeza. "Orson Welles es un cineasta arriesgado y entusiasta, sus películas no son complacientes, y yo siento mucha afinidad con ese ímpetu. Hay muchas ideas preconcebidas sobre él, pero no rodaba las típicas películas mudas de la época. 'Too much Johnson' está más cerca de David Lynch que de Buster Keaton".
Por eso, diseñó una banda sonora que no sigue ningún patrón establecido. "Es una eclosión de sonidos electrónicos sintéticos, que se dispara con los acústicos de violín, percusión y trompa. Es un sonido animal con texturas electrónicas", explica. Para conseguirlo, se rodeó de sus músicos habituales: Kike Pierrot (percusión), Ana Galletero (violín) y Víctor García-Silvestre Martín de Eugenio (trompa). "Tenía que acompañar a una película que siendo anterior a 'Ciudadano Kane' ya sugiere muchísimas cosas. Es un cine de encuadres, con una visión muy onírica. Es algo muy especial. Y el resultado en directo creo que es alucinante".
La acogida del público en la "premier" que se realizó en Madrid en 2014 le demostró que estaba en lo cierto. El éxito se repitió en la presentación en Pordenone, la ciudad en la que comenzó todo. Y en el cierre del Festival de Málaga. En todos los shows colgaron el cartel de "no hay entradas". Un dato que esperan repetir el sábado en Oviedo.
