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Alerta en La Corredoria por los continuos asaltos que sufre el mercado de abastos

Los bomberos tapiaron el domingo parte de la instalación, que sigue a la espera de ser inaugurada

Aspecto de una zona todavía por acabar de la plaza de abastos. LUISMA MURIAS

"Empiezan pintando las paredes y terminan metiéndose dentro. Esto necesita protección".

Jesús García Peón, vecino de La Corredoria y vocal de la asociación vecinal "Asparve", lleva un tiempo escuchando por el barrio que el mercado de abastos, una instalación pendiente todavía de ser inaugurada, es el nuevo foco de conflicto en la zona. Que allí entran sin permiso "críos y no tan críos" cada vez con más frecuencia, que rompen los cristales para acceder y hacer el botellón, para dormir, para hacer sus necesidades e incluso "sus cosas íntimas".

Peón no pasa habitualmente por allí, por la calle Emilio Llaneza, donde está ubicado el mercado, pero sabe perfectamente de lo que habla. Los continuos asaltos al mercado son reales. Cada vez con más frecuencia. Antes de ayer, sin ir más lejos, una dotación de bomberos tuvo que intervenir para tapiar una parte de la instalación, que había sido dañada, según confirmaron fuentes del cuerpo. Al parecer, varias personas irrumpieron en el edificio "perforando el cristal" para acceder a su interior. "Las puertas son de cristal. Le das con una piedra, rompes un cacho y entras" denuncia García Peón. Otras veces optan por escalar una de las vallas que tapa una entrada y a través de la cual se puede entrar sin mucha dificultad.

El mercado esta cerrado porque no ha recibido suficientes ofertas en el concurso convocado por el Ayuntamiento. Además no tiene vigilancia y está en una zona de poco tránsito, lo que facilita las actuaciones. En el cuerpo de bomberos confirman que en los últimos meses han tenido que acudir al lugar en "varias ocasiones", la mayoría durante los fines de semana. A veces se encontraron a chavales de botellón. Otras veces a gente durmiendo. E Incluso, dicen, hubo parejas que "entraron a lo que entraron". "Eso pasa por estar deshabitado", tercia García Peón, "acabarán destrozándolo todo".

Porque, por dentro, parte del mercado está equipado. Hay baños, locales habilitados, instalación eléctrica y agua. Charo Álvarez, vecina de la zona y presidenta de los comerciantes, también había oído hablar de la situación. "Es un problema que llevamos tiempo escuchando en el barrio. Que anden entrando a los sitios no es bueno para nadie. Deberían poner vigilancia", explica. "El verdadero problema es que hay gente que no se quiere poner ahí (en el mercado) y está vacío", agrega.

La inauguración del mercado, en el que se han invertido 3,4 millones de euros, lleva año y medio de retraso. Fue cofinanciado por el Ayuntamiento de Oviedo y la Unión Europea, que aportó fondos a cargo del Plan Urban para la mejora de la calidad de vida en los barrios de varias ciudades europeas. Los retrasos comenzaron en el año 2010. Entonces fue por problemas con la ocupación de una parcela y por un acceso, que obligaron a paralizar los trabajos en marcha. Después, con las instalaciones ya acabadas, el Ayuntamiento fue dando fechas para su inauguración y retrasándolas. Lo anunció para la primavera del año pasado, luego en septiembre y por última vez para la pasada Navidad. Un año después, sigue cerrado.

El mercado dispone de 14 puestos de venta de productos de alimentación de distintas superficies: los dos más pequeños tienen una superficie de 24,90 metros y son locales reservados a la venta de frutas y verduras y a panadería; los dos mayores disponen de 37,30 metros cuadrados, para una pescadería y una carnicería. En total, cuenta con tres locales para frutas y verduras, uno para congelados, tres puestos de venta de pescado y marisco, tres carnicerías, una charcutería, una pastelería, una panadería y un puesto sin uso concreto definido -que podría ser ocupado por una tienda de chucherías o un quiosco, por ejemplo.

Además, la plaza de abastos está dispuesta para tener en su interior una mediana superficie dedicada a alimentación -un supermercado- para la que se han reservado 800 metros cuadrados y una cafetería de dos plantas, de 204,47 metros cuadrados la baja y de 289,67 la primera. En el segundo sótano del edificio hay un aparcamiento, que estaba previsto que fuera de uso gratuito, y todos los puestos de venta dispondrán de un almacén de 37,50 metros cuadrados de superficie en el primer sótano.

La idea del anterior gobierno municipal (PP) era inicialmente que fueran los concesionarios de los establecimientos quienes gestionaran el funcionamiento general del mercado, constituidos en asociación, y que los gastos de mantenimiento de las instalaciones corrieran a su cargo. La nueva Corporación ya ha anunciado que tendrá que repensar el modelo para liberar de todas esas obligaciones a los pequeños comerciantes.

"Llevamos un año y medio esperando por el mercado", señala García Peón, que, de momento, mientras se soluciona el futuro de la instalación, pide vigilancia para mantenerla: "Si no, terminará destrozado y se habrá que poner luego dinero para arreglarlo", concluye.

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